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viernes, 24 de febrero de 2012

CRUELDAD DE DAR LIMOSNA HIRIENDO

Santo Domingo, República Dominicana. 24/feb/2012


En ocasiones ha venido a mi mente que sería maravilloso poder viajar en el tiempo. Tal vez a todos nos ha parecido fascinante esta fantasía, pero a cada persona por su propia razón muy personal y particular. Personalmente, a mi me ha llegado esta idea a la mente en esas amargas ocasiones en las que he necesitado de la ayuda de alguien y ese alguien me ha ayudado respecto a la necesidad, pero juntamente con la ayuda me ha herido con palabras. 

He escuchado a personas decir lo siguiente: "Si me vas a dar tal ayuda no me la des de mala gana." Bueno, esto lo puede decir alguien que tiene opción y puede rechazar esa ayuda dada de mala gana. ¿Y aquel que no tiene opción?  Este realmente sufre. Debo aclarar que no a todos le afecta que en el momento en que le dan ayuda al mismo tiempo le quieran ofender, simplemente porque son sin vergüenzas. 

Así que el sádico y el adulón hacen una pareja perfecta. Al primero le encanta hablar palabras hirientes a los demás, al segundo nada le importa, siempre y cuando le den su dádiva. El adulador no conoce el honor ni respeta su propia persona, en cambio vive buscando a quien a quien pedirle a cambio de humillaciones que a él no le afectan.

El Señor de manera reiterativa, habla al pueblo ordenando no afligir al extranjero. El extranjero es un necesitado. (Aquí apelo al principio de la extrapolación del texto sagrado). Así que la orden se extiende a todo necesitado. Cuando a una persona necesitada o dependiente de ti, la afliges porque estás en una posición que te permite hacerlo, por la razón que acabo de decir, sea que te necesite momentáneamente o que siempre dependa de ti, no debes hablarles palabras hirientes, ni la tratarás con dureza. De la manera que tratarías a tu huésped de honor, tratarás a este necesitado. Por necesidad acude a ti. Si no te necesitara, no te molestaría. También hay sin vergüenzas en la viña, pero ni a estos debes procurar herir, simplemente con todo respeto niega la ayuda. No te sorprendas de que te diga que niegues la ayuda. Este mandato es bíblico. Recuerda lo dicho por el apóstol Pablo: "quien no trabaja que no coma".

3 comentarios:

  1. Repito: el que no trabaje que no coma y pongo a Jehová como testigo de todo mi trabajo realizado y no pagado, Él lo cobrará, que no te quepa duda! ¿Y ahora, que me dices?

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  2. Ésto es peor que recibir dádivas juntamente con humillación, porque algo recibes; pero el esclavizado es humillado y nada recibe y entrega su vida a ladrones como tú.

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  3. Es una bendición tener fe, y estoy casi convenciendo de que también es un privilegio! ¡Aleluya!

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