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domingo, 26 de febrero de 2012

SAQUEAN A MI PUEBLO Y A NADIE LE DUELE

Santo Domingo, República Dominicana. 26/feb/2012


Primera de Reyes 17:12 (La Viuda de Sarepta)

"...y ella respondió: vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mi y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir". 

Confieso que me duele el alma cuando oigo a predicadores utilizar este texto para saquear a los pobres de mi pueblo espiritual. Manipulan y roban a mi pueblo diciéndoles: siembra y Dios te bendecirá, Jehová te lo multiplicará. Y mientras yo me enojo contra los ladrones, Jehová hierve de enojo contra los pobres que le añaden a su pobreza estupidez, pues Dios no respalda la promesa del ladrón que saquea en el nombre de Jehová, diciendo: Dios te lo multiplicará.

Cuando el cristiano pobre entrega a ladrones sus posesiones, Dios permite que este cristiano sufra aún más necesidad, para que reaccione, para que entienda que le están robando usando el nombre de Dios. Para que comprenda que Él no envió a este ladrón a prometer que lo bendeciría a cambio de su dinero. Así queda el hijo de Dios, el cristiano, pobre y sin dinero y sin bendición de Dios. 

La viuda de Sarepta obedeció a Elías porque no había duda para nadie de que el hombre era un verdadero representante de Dios,l y al obedecer a Elías, a Jehová tenía en en mente.

Observe bien que esto que hizo Elías con la viuda de Sarepta, no era algo rutinario.

En vez de manipularse este texto, debiera enseñarse el gran mensaje que contiene. Esta mujer prefirió dejarse morir y no prostituirse vendiendo su cuerpo, tampoco optó por robar lo ajeno, ni matar a su hijo y cocinarlo para comer, pues era muy común que estos casos se dieran cuando había hambrunas tan terribles; pero optó por esperar la muerte antes de ofender a Dios.

Esta es la gran enseñanza de este texto, amar a Dios sobre todas las cosas, hasta sobre su propia vida; pero tristemente, ladrones roban a mi pueblo idiotizado, no ve que sus condiciones no cambian. Dios los sumerge en necesidad, pero este pueblo no reacciona. 


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