Santo Domingo, República Dominicana. 10 de Febrero del 2015
Jamás había escuchado hablar con tanta claridad sobre la condición del hombre de trabajo y dominicano. Hablaron con completa claridad de el porqué, reflejando la economía dominicana un crecimiento de un 6%, que a juicio de los panelistas de t.v., es algo grandioso, este crecimiento económico no es percibido ni disfrutado por un 70% de los trabajadores dominicanos en la formalidad. Mencionaron una canasta familiar que ronda en unos RD$30,000.00 (treinta mil pesos dominicanos), hundiendo en la mendicidad a más de dos terceras partes de la población. Los responsables de esto no creen que le verán la cara a Dios.
Pero yo quiero añadir que el análisis está hecho en base a un 70% de los trabajadores formales. Por lo tanto, debe existir alguna imprecisión en los datos, y juzgando a priori, la realidad es extremadamente más dramática de lo que muestra el estudio hecho por estos profesionales, porque el número de trabajadores informales somos la gran masa de la población. Y somos informales porque nos niegan los puestos formales, y hemos rechazado los lucrativos puestos del crimen organizado.
Quienes hicieron el estudio condenaron el hecho de que nuestra economía es una economía de servicios que importa más de lo que exporta. Pero como yo no entiendo muchos tecnicismos, aquí va mi perorata de indocto: No importa el modelo de producción que se emplee, sea imitando a las naciones más productivas o no, el problema está en tres enfermedades crónicas del país:
A- Corrupción sistemática
B- Complicidad en corrupción. (Esta a su vez genera la tercera)
C- Impunidad o borrón y cuento chino nuevo.
Yo debo decir a estos profesionales que ponen al alcance de nosotros, los sin educación, todas estas verdades, que les agradezco mucho la obra porque es un signo o señal de que a pesar de que nos desangran, por lo menos no se están burlando de nuestras escasas inteligencias y se está admitiendo que hay injusticia. Pero también entiendo que al no identificar la raiz del problema nos deja sin una posible solución a la injusticia contra el hombre de trabajo de Rep. Dom.
Yo hoy le pondré nombre a ese abominable mal.
"ENGROSAMIENTO DE LA LÍNEA"
Llamo engrosamiento de la línea, al sistemático control de la clase pobre por parte del poder político. No importa como ni cuanto crezca la riqueza, este enriquecimiento de la nación no implicará un movimiento para los de la clase pobre ni los indigentes a quienes le quedan talladas una sonrisa cuando se acuestan en un féretro a descansar. ¡Uhf! Para jamás volver a ver el rostro de estos...
A simple inspección parezco pesimista, pero si fuera pesimista no invertiría ni un segundo de mi tiempo denunciando este mal. Lo que muestro es una ley científica. Y si la ciencia es pesimista, yo también lo soy, porque lo que digo es que esta enfermedad no es mágica. Si dejo caer un yunque desde la cima de un árbol, sin dudas descenderá, ley de causa y efecto. Esta es la ley científica a la que hago alusión.
Y cuando digo que no importa de qué manera o forma la nación enriquezca, es porque el poder político mantiene al pobre y al indigente inamovibles. Este, estrangula a los empresarios para que estos a su vez estrangulen al pueblo. Por ahí andan enganñando a muchos incautos con el cuento del emprendurismo y estos ven desaparecer sus capitales como por arte de magia. ¿Y dónde fueron a parar esos cuartos? Pero hay otra cosa que quiero decir para hacer katarsis. Los de la clase media nos veían con indiferencia porque éramos la chusma y no han notado que con disimulo ellos ya han sido degradados a clase pobre y nosotros, los pobres e indigentes al no poder bajar más, lo que hacemos es desaparecer de la existencia. Nos extinguen. ¿Y qué? ¿A quién escandaliza esto?
¡Dominicano! No importa cuanto crezca la economía dominicana. Tampoco importa el modelo económico puesto en práctica. El poder político dominicano es clasista, y siempre mantendrá a rayas al pobre. Este poder es una máquina que transforma al pobre que ha asimilado, y al pobre que no puede transformar lo vomita. Porque este pobre conserva su mentalidad de pobre. ¿Cuál es esa mentalidad de pobre? --- La pretensión de que la clase indigente desaparezca, y que la clase de los pobres pueda, delante de Dios y de los hombres, real y efectivamente contar con la posibilidad de moverse de la pobreza a ser clase media, no más. Es hasta conformista esta mentalidad, porque no procura competir con Carlos Slim.
¡Ya basta y déjennos mover socialmente!
¿A ustedes no los parió mujer? ¡Diganme si son extraterrestres infiltrados! Porque humanos no puedes ser.