Santo Domingo, Repùblica Dominicana. 10 Octubre 2013
Si yo hago cien intentos desde la línea de tres puntos en una cancha de Basket y de esos cien intentos encesto diez balones, es claro que soy un desatre como tirador de tres. Eso queda evidenciado. Por otro lado, si una persona solamente sostiene el balón y jamás lo lanza, en apariencia esta persona es mejor que yo desde la línea de tres puntos, porque no ha fallado. Pero no ha fallado porque no se ha expuesto.
Yo me distingo de la mayoría de mis hermanos cristianos en que yo procuro practicar el evangelio de Jesucristo y el aspecto teórico lo tengo en un segundo plano. O mejor debería decir que practicar lo que ya he aprendido sobre la voluntad de Jesús es más importante que solamente hablar de ella. Yo le llamo al hecho de solo hablar de la voluntad de Jesús y no practicarla, "evangelio vacío", címbalo que retiñe y metal que resuena, como es el proverbio en boca del necio.
¿Por qué digo esto? Porque aunque estoy claro en cuanto a cual es la voluntad de Jesús y la predico e intento con todas mis fuerzas de cumplirla, a pesar de eso fallo, pero fallo en el sincero intento de cumplirla. Pero aquel que no predica la verdad tiene la falsa percepción, él y juntamente con él, todos los que le rodean, de que él no comete errores. Por ejemplo, aquel que no predica la doble milla como está escrito en la Biblia, sino que tiene su propia versión en la que no le carga a nadie esa milla ni la extra, se siente con derecho de censurarme porque fallo en el intento de llevarla. Y se justifica diciendo: "Tú debes hacerlo, no yo. Porque tú eres quien dices que así debe hacerse.
Yo digo que yo hallo gracias en los ojos de Jehová aun cuando fallo, si mi esfuerzo es sincero. Él, Dios, no puede ser burlado. Él sabe cuando ha habido esfuerzo sincero.Queda claro que lo importante para Dios no es la perfección humana (inexistente), sino la voluntad humana, y ferviente de agradarle a Él. Y esta voluntad se hace real para Dios no en la imaginación del hombre, ni en sus palabras, sino en hechos concretos, exitosos o fallidos, de intentos de agradarle, a Él.
En un cambio brusco del tema, pero estrechamente relacionado con lo que hasta ahora he hablado, quiero expresar mi parecer al mundo sobre la presión que este mundo le hace a los creyentes. Y como siempre lo haré con una anecdota personal.
Mi condición económica es el resultado de mi actitud frente a las presiones mundanas. Satanás te crea un conflicto evitación-evitación para que pierdas la paz que Cristo te ha dado, pero Jehová nas da siempre una alternativa que funciona como válvula de escape de todo el vapor que pudiera generar el fuego del conflicto creado por el diablo. Lo que sucede es que hasta lo cristianos, hoy ven con menosprecio la alternativa de Jehová.
Quienes han leído mis escritos saben sobre el año escolar que mi hija perdió. El caso fue practicamente el mismo que hoy me presenta el diablo. Y como antes, hoy adopto la misma actitud. Satanás me plantea el conflicto evitación-evitación, pero yo no recibo como salida del conflicto ninguna de las alternativas del diablo. Este es el conflicto.
Mis hijos estudiaron el año escolar pasado en un colegio Adventista del 7mo día. Mucho o poco, todo lo que se le debía pagar en dinero se pagó mes por mes. La madre de mis hijos consiguió una beca para los niños en la escuela donde ella trabaja "Colegio San Martín de Porres". Esto da como beneficio un ahorro significativo, el cual beneficia de manera directa a mis hijos.
El problema que el diablo presenta hoy es que el Colegio Adventista aunque no se niega en liberar a los niños en una tal plataforma , todavía no los libera y el Colegio San Martín de Porres advierte a la madre de mis hijos que la Secretaría de Educación podría en cualquier momento inhabilitar el acceso a tal plataforma. Si esto sucede mis hijos perderán el actual año escolar porque el Colegio Adventista sin razón que lo justifique todavía no los libera.
Pero mi opinión muy personal es que todo esto es basura. Todo el sistema es una putrefacta basura.
Volviendo al tema, una de las opciones del diablo es la confrontación en el nivel que sea que la esté planteando, pero yo opto por permitir que mis hijos pierdan este año escolar y no dar oído a los consejos del diablo.
Esta forma de arrojar la presión del diablo es impensable para el impío y el cristiano de hoy. Ceder el año escolar y no tomar represalia es impensable. Y esa es la tercera opción de todo conflicto que presenta el diablo, la tercera opción que presenta Jesús. Yo soy el fanático, porque me pongo muy por encima de toda la basura material.
