SANTO DOMINGO, REP. DOM. 15 DE MARZO DE 2019
Pido me disculpen, a quienes molesté con mi atrevimiento de cambiar el verbo "dar" por el verbo "regalar." No es mi intención alterar la palabra de Dios cuando digo, "Regálanos el pan de cada día," en vez de decir, "Danos el pan de cada día."
Soy un conocedor de pocas cosas, y algo que sé muy bien es que conozco pocas cosas. Yo sé que Dios les dará la capacidad a todos de tolerarme así.
Desconozco muchas cosas, y una de esas cosas es esa razón, cualquiera que sea ella, por la cual Dios nos manda a pedir todos los días, día por día, el pan de cada día. El maná se recogía día por día en el desierto, y no se recogía en día de reposo.
¿Por qué razón Dios nos hace pedir todos los días algo, incluso cuando tenemos ese algo almacenado? ¿Por qué es así, hasta cuando la provisión es abundante?
De las tantas cosas que no sé, la respuesta a esas preguntas es una de todas esas cosas que ignoro. Sin embargo, debemos pedir día por día el pan de cada día, y esta es una de las tres cosas que sé muy bien.
Repito, no sé el interés de Dios en que le pidamos todos los días; pero espero que no vayan a pensar que Dios se quiere hacer el importante. Yo no puedo pretender ser humano; yo soy humano. Yo podría pretender ser un ángel porque no no soy un ángel.
