Santo Domingo, República Dominicana
Viernes 12 de mayo de 2023
[UNIDAD EN EL ESPÍRITU S. CRISTIANOS]
[MIENTRAS BUSCO UN CRISTIANO RICO SE SECAN HIGUERAS]
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Al escuchar a predicadores de los que se auto-denominan de la sana doctrina, pude notar hace tiempo un problema que se les crea con el asunto del recasamiento. Es posible que no lo hayan descubierto y hoy trataré de mostrarles el problema. Talvez lo entiendan. Aunque es mi opinión, lo que diré en esta próxima oración escrita: (No creo que lo acepten y cambien aunque comprendan que es verdad lo que ahora les mostraré.)
«Lo que Dios unió, sepárelo solamente la muerte.» Jesucristo dijo.
Los cristianos aceptamos esta verdad de Jesucristo porque Cristo la dijo; no porque la ley civil lo establece. Digo ésto porque la base de los razonamientos que haré tienen fuerza por ser bíblicos.
Cada vez que tienes relaciones con una virgen, estás materializando el matrimonio creado por Dios. (Deuteronomio 22:13-19)
No necesitas, según Jehová, ir donde un juez. Y ligas esa mujer para siempre a ti como hombre. (Deuteronomio 22:28-29)
Salomón, cientos de esposas y concubinas, y ninguna objeción de parte de Dios; la poligamia no era pecado; pero la poliandria sí. Las esposas y las concubinas eran delante de Jehová, todas esposas de Salomón.
Por la autoridad que tiene la iglesia santa y pura y real, no por la opinión de un grupo de neófitos funcionales que ya debieran ser maestros; repito, por la autoridad de los apóstoles reales, los doce ancianos, por su autoridad conferida por Jesucristo queda prohibida la poligamia.
Y es Pablo, no uno de los doce ancianos, porque el puesto de Judas fue ocupado por Matías; pero él es el embajador plenipotenciario del evangelio a los gentiles. (1Timoteo 3:2) Él es quien hace esta prohibición, y no a todos, sino a los obispos. La costumbre cristiana extendió ésto a cada hombre cristiano.
Hasta ahora he dicho que cuando un hombre tiene relaciones sexuales con una virgen se casó con ella, y es lo exigido por Jehová. El contrato matrimonial ante el juez civil garantiza derechos a la institución de la familia, efecto legal. El efecto espiritual ya había sido establecido por quien puede, Jehová.
Aquí viene el problema para los sana doctrina. Ellos dicen que si una mujer tuvo varios maridos e hijos sin casarse por ante el juez civil y luego se casa, ese primer matrimonio legal es el que Dios acepta como el único del cual solamente la muerte puede romper. ¡Mentiras del diablo! El marido de cada mujer es aquel que la toma virgen. Punto.
Los sana doctrina ponen las palabras de los franceses (Derecho Francés - Código Civil - palabras de hombre) por encima de la palabra de Dios. Ellos invalidan la palabra de Dios, y le dan carácter sagrado a las palabras de los franceses.
Para los curiosos, lean (MAZEAUD-DERECHO CIVIL - Vol 3 - PARTE 1- Págs 46-47
Ahora sí es verdad! Porque los millones de hombres cristianos que se han casado una sola vez, pero con una mujer no virgen, indiscutiblemente tienen las mujeres de otros hombres. Bíblicamente es así, yo lo estoy afirmando.
Pero yo, Rolando, no condeno al recasado. Vemos familias llenas de los frutos del Espíritu Santo. Los sana doctrina te condenan. Yo no.
La otra cara de la moneda. Los sensuales, a quienes podemos catalogar casi como promiscuos por ser el divorcio para ellos una opción tan liviana de tomar, yo no los condeno; pero no los defiendo.
Los sana doctrina deben dejar de predicar a las prostitutas, y si les predican deben decir así: «Si te conviertes, debes quedarte sola porque al hombre a quien perteneces es aquel que tomó tu virginidad.»
Yo, Rolando, en cambio le predico a una prostituta y le digo que se case. No será con el hombre a quien ella pertenece según Jehová; pero yo prefiero que te apartes del pecado y supliques la misericordia de Dios que es bondad inmerecida. Y que le sirvas a Dios con humildad de corazón, no con la arrogancia de los BIEN-CASADOS sana doctrina. Porque esta actitud de ellos con este asunto me huele tanto a hipocresía.
¡Piénsalo! ¿El Código Civil Francés, o la Biblia tiene autoridad para ti?
La palabra nos ordena obedecer las leyes de los hombres; pero por encima de ésta está la de Jehová.
