¿DESCUIDO DE DIOS?

Santo Domingo, Rep. Dom. 30 de Octubre de 2017

Tengo la humana convicción de que los silencios y misterios bíblicos no son un descuido de Dios. Me entregó Dios, una bio-unidad central de procesos. En la medida de mi capacidad, pienso, actúo, y tomo decisiones. Dios deja el rompecabezas y Él hace jucio de valor respecto a cada postura nuestra. Un individuo de X grupo dice:

esta es la correcta interpretación del texto sagrado. Y si tú quieres salvar tu alma debes adherirte a nuestra verdad.

Otro individuo de otro grupo da réplica diciendo lo mismo.

Pero yo repito mis palabras, Dios deja el rompecabezas y Él hace juicio de valor respecto a cada postura nuestra.

¿Qué razón valida mi afirmación? Esta es la razón:

Dios y solo Dios conoce cada corazón y cada intención en cada uno.

Clasifiquemos nuestras posturas en A y B.

Postura A. Esta es mi postura personal. La salvación es por fe en Cristo Jesús. No dependo del profundo o superficial conocimiento bíblico. Por lo tanto, mi fe en Él es suficiente para no dudar de mi salvación. Afirmo entonces que no estoy obligado a fijar rígidamente una postura sobre interpretaciones que no satisfacen de manera absoluta a mi conciencia. También digo que soy dogmático. No transijo respecto de aquello que mi conciencia me dice: Rolando, mira aquí la verdad de Cristo, excepto cuando la razón de Cristo me convence de estar equivocado. Afirmo entonces que me dirige mi conciencia, lugar donde Jehová a puesto su trono.

Postura B. dice así: Mi grupo y yo tenemos la verdad y aquel que no se nos une se perderá. Es posible que mi grupo tenga algunos errores (nadie es perfecto, no hay justo ni uno) pero somos el grupo con menos errores de interpretación bíblica.

Mi postura (Rolando habla) es la correcta porque se centra en la conciencia desnuda delante de Jehová Dios Todo Poderoso, pero le sirve de coraza a los que no fijan postura alguna de manera maliciosa. Aun aquellos con el espíritu del anticristo podrían cubrirse con esta postura, disfrazándose de cristianos. Pero por su fruto se conoce el árbol.