SD. REP. DOM. 2 de Abril de 2018
Debajo del árbol de roble cuyas hojas solamente son marrones cuando llevan un tiempo caídas, esas hojas que todos los días mi madre amontona en un rincón del pequeño patio, esas mismas hojas que cubren los techos de los vecinos, cuán abundantes son!
Tomé una hoja seca de aquellas que una vez adornaban el hermoso y siempre verde y le dije así:
¡Cómo te menospreciamos porque tú y tus compañeras son tan abundantes y tan "comunes"!
Pensé entonces en lo común que nos resulta el agua del mar y el aire, y las nubes, y el lodo, y la arcilla, y la tierra; y pasa desapercibido el hecho de que la existencia de estos elementos es el resultado de la puesta en práctica de una ciencia que jamás y nunca el hombre podrá alcanzar.
¡Perdóname hoja seca por el menosprecio que te he mostrado!
Me pregunto si es por el derroche mega-abundante del amor de Dios que el hombre a Él lo menosprecia al tomar por común su amor que es tan especial.
¿Cómo puedes ver con tanta indiferencia y considerar común ese amor que es lo mejor de lo mejor, lo extra-exquisito sobre lo exquisito?
Wake up!
Tesis:
Todo ser humano descubre de manera retardada el valor de todo lo que existe, y la humanidad se divide en dos grupos: los que a penas podemos ver la luz y aquellos que jamás la verán.
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