Un sol radiante me saludó esta mañana, muy temprano. !Que hermosa es la naturaleza! Pensé. Mi hermano comenta una noticia que escucha en la radio. Un hombre que le dio una paliza a su mujer y la dejó por muerta se lanzó del puente de la 17. Me dispongo comprar el desayuno de mis hijos y todos a mi alrededor hablan de la infidelidad y la fornicación y del adulterio con orgullo y jactancia y temeridad como si fuera un deporte de moda. En cuestión de minutos examiné mi vida y dudé si yo estaba bien, si yo era normal. Supongo que fue la voz del diablo; pero luego reaccioné y me dije a mí mismo: No. Tú no estás mal. Ahora al estar en el patio de mi casa, veo nuevamente tan radiante sol, árboles llenos de flores y verdes e iluminados por el sol, un cielo azul sin nube y digo: Debiera ser un día gris y lluvioso y asqueroso. ¿Por qué ven mis ojos tanta maldad? ¿Hasta cuando Señor, lo vas a tolerar? Pero luego reacciono y pienso que Dios tolera porque todavía hay uno que otro grano de sal en la tierra.
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