SD. RD. 29/ENE/21
Una de las situaciones más tristes de un ser humano es cuando Dios le permite ver. Punto a partir del cual se encuentra entre la espada y la pared. Esta situación muchas veces define el destino del alma de un ser humano porque lo hace decidir entre Dios o satanás de manera definitiva. Muchos ejemplos hay, los israelitas que murieron en el desierto, el rey Saúl, etc.
Permítame ilustrar esta idea con el siguiente caso:
(Juan 9:21) La madre y el padre del hombre a quien Cristo le dio vista (digo le dio vista porque nunca había visto antes) prefirieron no dejar de ser miembros de la secta de los fariseos y optaron por no seguir a Cristo.
Si el ex-ciego estaba maravillado y siguió a Cristo, los padres de este debían estar más impactados porque siendo hijo de ellos, le vieron nacer ciego y recibir la vista siendo adulto. Esto, para que sea evidente que no todos son ovejas del redil de Cristo.
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