Translate

miércoles, 21 de octubre de 2015

IGLESIA, DESPIERTA!

Santo Domingo, República Dominicana. 21 de Octubre de 2015

Son las 2:50 am. del 21 de Octubre de 2015. Acabo de despertar. Tuve un sueño. Aseaba yo mi cuerpo y procuraba verme presentable porque tenía en mente estar listo frente a la posibilidad de conocer una nueva compañera. 
(Nota al margen: Como no he actualizado mi estatus público en Facebook, lo haré ahora, aquí, para que mis palabras sean mejor entendidas. Estuve y estoy separado de cuerpo desde mediados del 2008 de quien fue mi esposa. Y desde el 12 de Mayo de 2015 estamos divorciados. Espero que definitivamente, así haya sido, porque con la saña del diablo contra mí, me he vuelto paranoico con el propósito de que no me tome de sorpresa nada de aquello que pudiera, o que Dios le permita urdir contra mí a mi enemigo. Yo necesito una compañera pero tú sabes diablo, que no estoy desesperado)
Volviendo a la información de importancia la cual es lo que he visto en mi sueño. En este yo hacía lo que ya les conté, y mientras me preparaba, escucho la voz de mi madre quien me llama: ¡Rolando!

Me dirijo al frente de mi casa para conocer el rostro de la persona a quien esperaba, y al salir a la calle, un gran montículo de barro cubría todo el frente de la casa. No logré ver su altura porque tuve que salir de debajo de esta gran masa ovalada de tierra, su color era parecido al lodo marrón o rojizo que tienen los hormigueros después que ha habido un aguacero.

Hacia el norte de mi casa, en el horizonte veía una altísima columna de humo, pero no estoy seguro de si era humo, o un tornado gigante o una montaña de barro. La confusión que tengo es porque el fenómeno natural que veía, tenía forma de embudo, como un gigante tornado. Siendo más preciso, su forma era como un reloj de arena, como dos conos unidos por el extremo estrecho de cada uno.

Alguien se acerca a mí y me dice: Esta es una señal divina de que el fin está cerca. La impotencia me abrumó porque de inmediato pensé en volver a congregarme y desde esa plataforma, el templo, hacer mi aporte al reino, pero sabía que mi visión era menospreciada y despreciada por quienes planean ser eternos en el mundo, no en el reino, y desafortunadamente  ellos son quienes tienen las riendas del rebaño de Cristo.

Es mi humilde opinión que una sola alma tiene más valor para Dios, que todos los templos de hormigón, de piedras, o de madera que existen en el planeta.

Cuando Jesús dijo que había que rescatar lo que se había perdido, no hablaba de otra cosa más que de almas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario