EL EQUILIBRIO SE RESTABLECERÁ EN AQUEL DÍA

S.D. Rep. Dom. 26 de Julio de 2017

¿De qué día estás hablando?--- Del día del jucio por supuesto.--- ¿Y de qué equilibrio estás hablando?--- ¿No es obvio? Hablo de los actos conscientes de maldad del hombre. Estos actos superan de tal manera al bien, que lo han eclipsado por completo.

¿Alguna vez te he hablado del doble ataque del diablo?--- No. ¿En qué consiste ese ataque?--- Ese ataque consiste en un círculo vicioso de dos pasos. En primera instancia el diablo ata, bajo el consentimiento de Dios por supuesto, a un hombre justo. Lo ata por los tobillos, muñecas, y cuello; luego lo ataca con dos comentarios. Cada comentario es un escarnio que se ajusta a cualquiera de las reacciones del justo atado.

Generalmente el primer ataque viene porque el justo pide que se le liberte de tal ligadura impía y a tal petición el diablo responde:

¡Peresoso, muévete! No estés diciendo que no puedes romper esos grilletes de acero. El hecho de que ningún ser humano pueda romperlos, no te da derecho a usar la palabra imposible . No seas tan fracasado. Así que deja de gritar haciéndote la víctima. Usa las opciones que te he dejado. Roba, mata, atraca! Así que no te hagas la víctima! Bueno, a decir verdad lo eres; pero yo soy el diablo. ¿De verdad crees que me conmoverás?

Ante tan dulces y tiernas palabras, el justo atado deja de gritar. Se queda suprimiendo las lágrimas y soportando el dolor en su psiquis y su carne.

El comentario del diablo lo embrutece e intenta cortar las extremidades de su cuerpo que están atadas; pero luego reacciona y se da cuenta que morirá desangrado. Por lo tanto hace silencio y se sienta como la viuda de Sarepta a esperar la muerte después de preparar su última comida. Cualquiera puede llegar a pensar que el diablo estará satisfecho con esto; pero no. Porque cuando el justo atado se resigna a esperar la muerte en fidelidad a Cristo, entonces el diablo (usando a incrédulos y supuestos cristianos) ejecuta con el segundo paso del círculo vicioso. El diablo dice así:

¿Orgulloso, por qué no pides ayuda? Tú no pareces dominicano. ¿Tú no has oído el refrán dominicano que dice, "bebé que no llora no mama"?

Y mientras Dios permita que el justo esté como José en Egipto, el diablo le dirá al justo:

¡Ahora grita! ¡Ahora calla y no grites!  Grita!  Calla!...

Dios conoce el material de sus hijos. ¡Pregúntate de cuántos quilates era Lázaro el leproso quien fue fiel a Jehová en su prisión de humillación hasta el último suspiro! No me comparo con él, quien ya ganó su corona y cuyo quilataje es del máximo que un ser humano puede alcanzar; pero de algo estoy seguro, yo no soy oropel.

Y esta es la convicción de todo hombre de fe en Cristo Jesús; tanta maldad   no puede quedar impune.

Nota: Era leproso y es del máximo quilataje.