Santo Domingo, Rep. Dom. 20 de Julio de 2017
El alimentar a peces, actividad con la que me estuve recreando hace unos seis meses atrás, es muy relajante.
Por razones ajenas a mi voluntad los abandoné, pero hace más o menos tres meses me asomé los tanques que los contienen y para sorpresa mía, todavía estaban vivos.
Hoy, a seis meses aproximadamente de haberlos abandonado, todavía viven y no veo a ninguno flotando muerto.
El "cómo" Dios trae mosquitos para que depositen sus larvas en estos tanques de agua, es un misterio. Lo que no es un misterio es que sabemos quien guía a esos mosquitos para que alimenten a mis peces.
Desde mis trece años, soy un individuo muy muy observador. He visto cuantas veces el hombre ha amenazado con auto-destruirse; pero aquí estamos. El "cómo" se le ha impedido al hombre que se auto-destruya, yo no lo sé porque es un misterio, pero sé quien le ha impedido esto al hombre.
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