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miércoles, 28 de octubre de 2020

REPETICIÓN DEL 22 de diciembre de 2011

 Sant. Dom. Rep. Dom. 28 de octubre de 2020

La maldad de Sodoma fue su soberbia, su saciedad de pan, y su ociosidad. Esto le convirtió el corazón en pura piedra para no ayudar al afligido o al pobre, la hizo inmisericorde. (EZEQUEL 16:49). Por tanto no alcanzó la misericordia de Jehová, sino que fue consumida con fuego y azufre. Abraham intercedió por Sodoma, pero el inmisericorde no alcanza misericordia dice Jehová.

Dios, por gracia ha tenido misericordia de nosotros. Él solamente nos demanda que tengamos misericordia así como el la tuvo de nosotros. En el momento en que nos falta misericordia perdemos lo que se nos regaló por misericordia. Se nos regaló la salvación.

Podemos decir que NO nos salvamos por nuestros actos de justicia, pero sin nuestros actos de justicia no conservamos lo que se nos regaló. La necesidad tiende a refrenar en el hombre su soberbia y lo obliga a ocuparse, eliminando su ociosidad.

La ociosidad espiritual, o falta de devoción, nos hace buscar y experimentar en cualquier lugar, lo que solamente logra saciar el Espíritu Santo. Es cuando la carne nos engaña guiándonos a probar todo tipo de placer, y la búsqueda del placer vía la carne, al final decepciona y el vacío se hace más profundo al estar alejados de Dios.

Pero el Apostol Pedro nos dice lo que hay que hacer para no caer en el ocio espiritual. (2da de Pedro 1:5-8):
"...vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe, virtud, a la virtud, conocimiento, al conocimiento, dominio propio, al dominio propio paciencia, a la paciencia, piedad, a la piedad, afecto fraternal, y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar OCIOSOS ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 

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