SD. Rep Dom 26/Dic/22
El firmamento podría ser iluminado con la gloria de Jehová sin esfuerzo de su parte. ¡Cuanta vida! ¡Gloria a Dios!
Hoy en día nos casamos, y vivimos con esta carne y esta sangre emociones puras e impuras. Jehová me regalará un cuerpo con la sustancia que conforma el cuerpo de un ángel, y podré estar cerca de Jehová sin que se arruine mi cuerpo. Se depositará mi alma en un cuerpo inmortal, celestial, angelical.
Es menospreciado por los círculos de los cerebros grises aquel quien cree en ángeles sin haberlos visto jamás, quien cree en Dios, en Jehová.
Siento nostalgia por colores que jamás he visto con estos ojos de carne, por luces que humano alguno ha contemplado. El goce y el disfrute que me esperan en la gloria de Jehová solamente con un cuerpo celestial se puede disfrutar a cabalidad. --- ¿Cómo lo sabes? --- El cómo, no lo sé. Solamente lo sé.
El dragón, la serpiente antigua sabe que es así. Ese enemigo sufrirá más que todos los seres humanos que se pierdan porque los seres humanos que se pierdan moriran sin jamás haber visto, gustado, y probado; pero ese enemigo vio, gustó, y probó.
Por más que querramos asegurar un huevo en la mano, nunca aplicamos más presión de la que el huevo puede soportar. Así mismo, Jehová permitió que Moisés en 40 días de ayuno viera lo que no lo fulminaría en el acto, y descendió del monte con el rostro iluminado.
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