El 9 de octubre del año 1998, mi amigo y hermano en Cristo, Roberto Martínez (Tiki) me hizo un regalo. Estoy plenamente convencido de que el Señor Jesús fue quien lo utilizó, así como lo utilizó para presionarme aquella noche, en la que sin saberlo él, Dios me puso entre la espada y la pared para decidir en esa ocasión entre escucharlo a él hablarme de Jesús o disfrutar de uno de tantos placeres de la vida. Ese momento es importante en mi vida porque fue el primer sacrificio que hice para agradar a Dios. El regalo que mi hermano me hizo fue una Biblia de Referencia Thompson, con versículos en cadena temática. Versión: Reina-Valera, revisión del 1960. ¡Donde quiera que te encuentres, hermano, gracias! Todavía es mi Biblia de Estudios.
La Biblia Thompson presenta en su anális del libro de Mateo una palabra clave: "CUMPLIMIENTO" Y también presenta un pensamiento enfático: "Cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento".
En Mateo 28:11-15 se narra un acontecimiento muy interesante. El Señor Jesucristo había profetizado que luego de su muerte resucitaría al tercer día. Me sorprende como muchos de los incrédulos, cada uno estaba alerta respecto a esta profecía de Jesús, mientras que los discípulos quienes fueron testigos oculares de todos las resurrecciones que hizo Jesús, y que sospecho hizo muchas más de las que están escritas, porque uno de los evangelistas dice: "No habría donde colocar los libros que tendrían que escribirse para registrar todos sus hechos". Siendo así, es sorprendente que estos viendo todo el poder de Jesús, hayan olvidado esta profecía que tanto repitió:
"Me levantaré al tercer día"
Pero aunque los discípulos la olvidaron, los contrarios a Jesús no la olvidaron. Los principales sacerdotes y los fariseos le pidieron a Pilato que montara una guardia en frente de la tumba de Jesús (Mateo 27:62-66). No porque creían, sino porque se anticipaban a la posibilidad de que los discípulos robaran el cuerpo para decir que se había cumplido su palabra.
La posesión satánica de los principales sacerdotes y de los fariseos era tal que ante el hecho de la resurrección del hombre que asesinaron, se inmutaron. La resurrección del Señor Jesús no les infundió temor porque la posesión satánica era completa. El diablo controlaba por completo sus mentes y acciones. Este guardia, que seguramente fue uno de los azotadores del Señor, no pudo haber sido sobornado por los discípulos quienes a la sazón huían por sus vidas, no es lógico. Pero este guardia si fue sobornado por los principales sacerdotes para que no hablara del asunto.
No sé cuando escribió Mateo su libro, pero el dice:
"Todavía hoy se habla del soborno de los guardias". (Mateo 28:15)
No sé cuantos años habían pasado después de la resurrección de Cristo cuando Mateo escribió. Pero de la manera en que él habla, parece que había pasado bastante tiempo. Tal vez lo suficiente para que ya no se estuviera hablando del soborno de los guardias, pero todavía se comentaba.
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