Santo Domingo, República Dominicana. 28-Marzo-2013
El destino de cada alma está en las manos de Jehová. Pero las personas tienen proyectos y tienen planes. Y escuchan comentarios que sólo tienen el propósito de desalentarlos en sus proyectos y planes, para que a su vez este desaliento los lleve al abandono de sus sueños. La mayoría mantiene siempre viva la esperanza de poder alcanzarlos. Esa fuerza que les conserva viva la esperanza tiene una fuente y se llama el interés.
Cuando el hombre decidió alcanzar el cielo construyendo una torre. Dios vio que ese interés de alcanzarlo no sería erradicado del corazón de ellos, por lo que Dios decidió intervenir y los estorbó para que pudieran vivir.
Dichoso, y rico, y millonario, y privilegiado es el hombre cuyo interés es Jesús. Creyente en Cristo, hoy te digo que tenemos una gran esperanza porque los testimonios de Jehová (la pruebas de su existencia) son asombrosas y por esta razón nuestra esperanza debe ser más sólida que la de los hombres cuyas esperanzas no son en Jesús. Y si las esperanzas fundadas en el humo de la vanidad son duras de matar, las nuestras, fundadas en el creador de todas las cosas mucho más difíciles de apagar son. ¡Cobra aliento! ¡Fortalécete en fe! Porque esta tu fe y mi fe, nuestra fe, no es sobre una roca, sino sobre el creador de la roca, no es sobre el sol, sino sobre el creador del sol, no es sobre el hombre, sino sobre el creador del hombre, no es sobre un espíritu, ni fuerza, ni energía, sino sobre el creador de los espíritus, de las fuerzas y de las energías.
Sólo basta con comprender que el universo no es el producto del azar, sino de una voluntad inteligente, para saber que la base de nuestra fe, la fe en Jesús, es lo más sólido que puede existir respecto a las esperanzas, porque todas, y absolutamente toda esperanza al conquistarse, es porque Él ha querido que así sea y en el caso de que su querer no tenga nada que ver, como mínimo no la ha frustrado, a pesar de tener Él el poder. ¡Anímate hermano y sigue en pie de lucha!
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