Santo Domingo, República Dominicana. 27 de Diciembre 2013
Humanidad, hola, que tal? Yo llamo a hombres de valor, valientes. El llamado es a vivir una vida santa para Dios y para la alabanza de su gloria. Debes saber que es para dibujar una sonrisa en el rostro del Señor. Te advierto esto porque la honradez, y todas las demás virtudes son en la actualidad razones para ser aborrecido y todo vicio la razón por la cual un ser humano admira a otro ser humano, principalmente el vicio de la hipocresía y la doble moral, sin la cual el hombre honorable se gradúa de loser.
Yo sé que me comprendes perfectamente. Yo también te comprendo y sé que sin fe es imposible querer agradar a Dios con tan grande sacrificio. Porque lo que estoy pidiendo requiere el más grande sacrificio: Negar al ego.
Solamente negándonos a nosotros mismos podemos decirle no al pecado y a la doble moral. Negar el yo, es el más alto costo que cualquiera puede pagar. Y para negar el yo se requiere fe.
¡Padre Eterno, si yo, Rolando, he encontrado gracia ante tus ojos, te suplico que le regales fe y valor a cada hombre y mujer que de verdad te teme! Te lo ruego en el nombre de Jesús.
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