Santo Domingo, República Dominicana. 12 de Enero 2014
Hay un pensamiento generalizado en el pueblo dominicano y tal vez en el mundo. Falsamente se entiende que los únicos que pueden "pecar" de disciplinados son los militares, si es que la discliplina es un pecado. Aunque tal vez exagero al decir que creo que todo el mundo piensa que solamente a los militares les queda el ser disciplinados, esto porque he oído de naciones como la japonesa, la cual goza de la fama de ser una nación de gente disciplinada.
No es necesario ser militar para respetar el derecho ajeno, ser prudente en tus palabras, ser organizado, etc., y tampoco es una vida aburrida la vida disciplinada. La vida disciplinada es completamente opuesto a lo que se piensa de ella. En la sobriedad, no en la vida loca es que se goza con más intensidad cada aspecto de la vida diseñada por Dios para nuestro disfrute.
Pero lo normal no es necesariamente lo mejor, porque lo normal es lo que la generalidad hace como norma, aunque sea ilógico y contraproducente para la felicidad del hombre.
Reitero, no es necesario someterse al rigor del entrenamiento militar, el cual para la vida civil, yo admito, resultaría psicorrígido. Pero también admito que soy la mosca en el vaso de leche porque la norma marca el rumbo. Pero Dios le dio al hombre el poder de re-encauzar sus pasos. (EL PODER DE CAMBIAR).
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