EL MINISTERIO DE ROLANDO

Santo Domingo, República Dominicana. 4 de Febrero de 2014

Es lunes 3 de Febrero del 2014 en el momento que escribo esto. Soy cristiano desde el año 1990. (24 años). Todo creyente en Cristo siempre ejerce alguna labor eminentemente espiritual con el fin de aportar su granito de arena a la gran construcción que es el edificio de Jehová, Dios todo poderoso. Así que no importa quien sea ni tampoco importa su capacidad intelectual, ni su nivel académico; toda persona es útil en la manos de Dios. Dicho de otra manera: "El cuerpo de Cristo tiene muchos miembros y cada uno ejerce una función para Dios". 1 CORINTIOS 12:14...

¿Qué es un ministerio? Para dar respuesta a esta pregunta primero daremos el significado de varias palabras estrechamente relacionadas con este tema tomando como fuente el Diccionario Espasa 2000.

Ministro: Persona que ministra una cosa.

Ministrar: Ejercer un oficio, un empleo. Ejercer una función. Obrar.

Ministerio: Es el empleo de un ministro.

Entonces podemos inferir que un ministerio es simplemente un empleo, un trabajo, un oficio. Lo que pasa es que la palabra ministerio es una palabra del nivel de lengua culto y la palabra trabajo es del nivel de lengua coloquial. Por esta razón la gente suele decir: "Su empleo es la carpintería", para referirse al carpintero y otros dicen: "Su ministerio es la justicia", o dicen: "él es un minstro de justicia", o dicen: "él trabaja en el ministerio de justicia".

En resumen se suele llamar ministerio a los trabajos o cargos importantes del gobierno y se suele llamar trabajo a la labor que la humanidad considera menos importante como la carpintería, la construcción, etc.

Ahora, entrando en el mundo cristiano, la palabra ministerio tiene un significado especial. Un ministerio es el oficio especializado de un hombre de Dios en la obra de Dios. ¿Cuáles son esas tareas especializadas en la obra de Dios? Pablo en 1 Corintios 12:28..., enumera los diferentes ministerios:

1. Apostolado
2. Profetas
3. Maestros
4. Los que hacen milagros
5. Los que sanan
6. Los que ayudan 
7. Los que administran
8. Los que tienen don de legua

Además de esas ocho tareas que Pablo menciona hay dos más a las que considero de primer orden: El pastorado y el ministerio de alabanzas.

 

Es obvio que entendamos o interpretemos que tenemos tal o cual ministerio cuando vemos estos ministerios evidenciados en nuestras vidas. Aquel que al orar por un enfermo lo ve sanar, y a otro, y a otro, luego debe entender que tiene el don de sanidad, solamente le resta vivir en santidad y poner a funcionar ese don. Cuando una persona se dedica de manera especial a ejecutar su don, está cumpliendo con su ministerio.

Yo, Rolando, he puesto por obra dos ministerios: La enseñanza de la palabra de Dios, que en el mundo evangélico se le llama ministerio de maestro, y la adoración a Dios por medio del canto que en el mundo evangélico se le suele llamar: ministerio del levita, o cantor de Jehová, o ministerio de alabanza.

Algo muy importante, útil para descubrir cual es tu ministerio es que sientes una profunda pasión por ponerlo por obra, y otra cosa es que hasta sin tener la pasión tu ministerio te perseguirá, así como los casos de Jonás y Jeremías quien dijo:

"No hablaré más en el nombre de Jehová"

Y luego tuvo que tragarse esas palabras.

Yo no soy excelente enseñando, pero es lo que he hecho en estos 24 años de cristiano, y soy de la misma opinión de aquellos que dicen que el ministerio de maestro te conduce muy frecuentemente  otro ministerio, te conduce al pastorado.

Si lo mejor que yo hago para Dios es predicar y dentro de todos los predicadores yo soy el peor, aun así mi ministerio es la predicación porque Dios no mide ni evalúa como miden y evalúan los hombres. No es con sus estándares. Porque muchos ignoran esto critican y estorban a otros y dicen:

"Hermano, si usted no sabe cantar, no cante, a Dios se le da lo mejor. A Dios no se le da basura".

Quien dice esto es un gran ignorante del caracter de Dios. ¿No le dijo Dios esto mismo a Samuel? Dios le dijo:

"Samuel, Yo no veo ni oigo como ustedes los hombres".