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viernes, 21 de febrero de 2014

GUIANZA DEL ESPÌRITU SANTO

Santo Domingo, Repùblica Dominicana. 21 de Febrero 2014


Nicodemo, maestro de la ley, tùtulo equivalente a un Ph.D. en teologìa en la actualidad. Pedro, pescador, iletrado, tìtulo equivalente a lo mismo, otro pescador iletrado en la actualidad. Jesùs le dice a Nicodemo una metàfora no difìcil:
Debes nacer otra vez.
Nicodemo sin el Espìritu y mente animal, razona como el animal racional que era y queda corto para dar respuesta al maestro. Pedro recibe una pregunta del maestro: ¿Quièn es el hijo del hombre? Es decir, ¿Quien soy yo? Le preguntò el Señor a Pedro. Si le hace esta pregunta a Nicodemo habrìa respondido asì:
Tù eres Jesùs de Nazaret, el hijo de Josè y Marìa.
Pero Pedro hizo trampa porque se dejò guiar por el Espìritu Santo quien le dijo la respuesta a esa pregunta. No usò su mente animal, la razòn, sino su mente espiritual, la cual es el espìritu o fondo, o esencia de la palabra de Dios. El mismìsimo Espìritu Santo le hizo inferir por las escrituras que Jesùs era el Mesìas.

Esta revelaciòn que Pedro hacìa no era algo tan simple como parece porque Jesùs hasta ese momento no habìa dicho absolutamente a nadie quien era Èl. Asì que  ademàs de la revelaciòn que le dio el Espìritu Santo, Pedro requerìa valor para exponerse de tal manera y decir pùblicamente:
Tù eres el Mesìas.
Esto con las implicaciones que esto podìa acarrearle porque corrìa el riesgo hasta de morir apedreado al instante.

Si piensa con su carne habrìa razonado asì:

"Si me equivoco, hasta este mismo Jesùs lanzarà piedras contra  mì, hasta que yo muera".

CONTINUARÀ...
       

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