Santo Domingo, República Dominicana. 8 de Enero del 2014
Pregunté en oración si mi inquietud era porque debía escribir de su palabra, y Dios me respondió que escriba. ¿Pero, qué diré que no haya dicho ya? Entonces hice sorteo entre los Salmos para transcribirlo y salió ganador el Salmo 122, y al Espíritu Santo le pareció bien.
Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos. Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén. Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de Jah, conforme al testimonio dado a Israel para alabar el nombre de Jehová.
Porque allá están las sillas del jucio, los tronos de la casa de David.
¡Pedid por la paz de Jerusalén! ¡Sean prosperados los que te aman! ¡Sea la paz dentro de tus muros y el descanso dentro de tus palacios!
Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo:
La paz sea contigo!
Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien.
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