1RA DE REYES 2:1 AL 9

Santo Domingo, República Dominicana. 17 de Febrero del 2015

Pablo dijo que las letras mataban, pero parece que al día de hoy todavía no se comprenden estas palabras del apóstol Pablo. Si es que no se comprenden las voy a parafrasear:

El razonar meramente humano y con criterios y estandares meramente de hombres, embotan el razonar en el Espíritu Santo.

En un programa de televisión de contenido cristiano escuché un análisis que se hacía de la persona de David, de el rey David. Se habló mucho pero solo algo de todo lo que se habló quiero recordar y es lo tocante a esas instrucciones de David a su sucesor. David instruyó a Salomón diciéndole que procurara no dejar descender las canas de Joab (su fiel general) en paz. De acuerdo al juicio de los teólogos quienes conversaban, esta orden dada por David a su hijo Salomón era fruto del rencor en el corazón de David. Yo, Rolando, juzgo que no fue así. ¿Por qué? Porque si el rencor fue la motivación, David murió en pecado e indigno de ser aquel de quien el Padre Eterno tomara simbólicamente al Mesías. (simbólicamente porque la simiente del Padre fecunda a María). La expresión:

Jesús, hijo de David

sería una porquería. Pero esa expresión no es una porquería. La gloria que el mismísimo Dios le da a David, lo distingue entre los hombres y lo hace merecedor de ser el padre de Jesús. Jesús ratificó esa honra dada por el Padre Eterno. Esta ratificación hecha por Jesús es la que sustenta mi siguiente razonamiento.

David fue un sincero y no perverso siervo de Dios. Las metresas, como son llamados hoy por los brujos haitianos y dominicanos, espíritus inmundos cuyo blanco fundamental es el varón de Dios lo hicieron caer una y otra vez. Pero lo que estos teólogos no saben es que la gracia no es exclusiva para el tiempo post-Jesucristo.

David tuvo una fe admirable al suplicar mendigar, rogar por la misericordia de Dios. Las caídas de David no eran planificadas. Hay un pecado que satanás tipificó con estas palabras:

"pecar en la misma presencia de Dios"

Así le habló satanás al Padre disputanto con Él cuando acusaba a Job. ¿Qué es pecar en la mismísima presencia de Dios? Estos son los elementos constitutivos de ese pecado:

1. Estar concientes sin los efectos de ninguna sustancia, ni bajo el dominio de ningún espíritu que roba la razón o la nubla, y en esta condición pecar.
2. Estar en pleno dominio de tus facultdes físicas, motoras, y así pecar.

Se resume en pecar contra Dios porque sí.

David fue un verdadero siervo de Dios pero le faltó la sabiduría de José quien literalmente salió corriendo al enfrentar este demonio de metresa encarnado en la esposa de Potifar. Debo decir que este espíritu no poseyó o influenció, (posesión o influencia es irrelevante) a Betsabé para hacer que David asesinara a Urías, sino que lo hizo directamente con David por mirón. Pero David no había oído a un Jesús enseñar que los ojos hay que sacarlos de sus cuencas. Jesús conoce a este demonio y a todos los demonios, y no porque lo hayan dominado a Él. Eso es impensable.

¿No dijo Salomón que los más fuertes han caído por este demonio y hasta la muerte los ha llevado? Proverbios 7:26.

David fue lleno del Espíritu Santo. ¿Es que no se han leído todas las profecías que tuvieron cumplimiento en Jesús contenidas en los Salmos? Si David habló en la carne en 1ra de Reyes 2:1 al 9 también Elías degolló en la carne a todos los profetas de Baal.

A veces le pido a Dios que me distinga un poco entre los hombres, que no me deje sumergido en el oprobio porque a Él levanto mis manos santas. Pero Dios me hace entender que yo tengo conque gloriarme, que Él me ha honrado con verdaderos tesoros y que de hecho el ordena a quienes le conocen que se gloríen de eso, de conocerle a Él.

¿Que si sé que es pedantería, me preguntas? Claro que lo sé. Pero ahí es donde se distingue quien sigue los criterios humanos o los divinos.

¡Cuidado con el espíritu del anti-Cristo el cual procurará no solamente el descrédito de Cristo, sino que también el de David, el de Abraham y todos los profetas, hasta llegar a Jehová Dios el Padre Eterno.

¡Hijos de Dios! ¿Ustedes tienen un Espíritu Santo morando en ustedes para nada?