Santo Domingo, República Dominicana 2 de Enero de 2016
Una razón por la que la justicia sale torcida lo es la existencia de los vacíos legales. La humanidad los tiene identificados; pero en vez de legislar para hacerlos desaparecer, se legisla para crear los tales vacíos como es el caso en mi país con respecto a la definición de lo que es un hombre o una mujer, o lo que es el matrimonio, o lo que es una familia.
La íntima convicción tenía sus debilidades, y su peor debilidad era la subjetividad del juez a la hora de pronunciar su sentencia. Por esta razón, el mejor abogado quien solamente era contratado por el culpable con solvencia convence al juez quien por su íntima convicción dejaba en libertad al culpable o condenaba al inocente.
Gracias a Dios, la íntima convicción es algo del pasado, pero ahora tenemos otro problema, el cual es a todas luces más grosero que el problema anterior. Ahora el problema es por fallas técnicas de irrespeto al debido proceso, y aunque hasta el gato sabe que el imputado es culpable, no se le puede juzgar dos veces por un mismo crimen.
Todo el mundo y yo sabemos la solución; pero yo no la diré. Por menos de eso la gente se muere.
El mundo apesta. El hombre está atado por una maraña que jamás podrá desenredar.
El que cree en Jesús es pesimista por definición.
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