SD. RD. 15/Dic/2020
Hago un esfuerzo
para que rimen mis versos.
Quiero adorarte
de forma especial.
Razones me sobran,
me faltan palabras,
mas no me preocupo,
sé que fluirán.
Te adoro porque sí;
para no hacerlo, no existe razón.
Para agradarte a Ti, me aparto del pecado,
justo, santo, puro, limpio y deseado,
es Cristo mi Señor.
Lo que no ha subido
a corazón de hombre,
abundancia de pureza
en todo su esplendor,
paz y vida eterna
sin llanto ni guerra
ni peste ni hambre
ni grito, o dolor.
Te doy lo mejor de mí.
¿Y qué es aquello que te doi?
Todo a Ti te pertenece:
el oro, la vida, el honor.
Corrijo entonces mi verso
y le añado precisión.
De lo que me has dado
te devuelvo un poco:
mi vida, mi talento, y le agrego adoración.
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