Santo Domingo, República Dominicana. 24 de Diciembre del 2014
Ese hijo del diablo no me estaba viendo, pero yo lo estaba oyendo. Te estaba diciendo palabras decentes y elegantes y con estilo y altura, y reitero, con mucha decencia te estaba alagando. Para no resultar grocera, creo yo, le respondiste con un gracias y sonreiste. Él te dejó esta espina clavada en la memoria y se fue sin darte tiempo a que le respondas si opinabas igualmente que él o no, y te dijo:
"Usted pudo haber tenido el hombre que usted hubiese querido. Demasiado mujer para ese hombre es usted".
Ahora soy yo quien está curioso de qué hay en tu cabeza sierva de Dios. ¡Recuerda que eres cristiana! Eres muy hermosa. Eso es cierto. Así que en lo tocante a lo externo, como diría un simple cualquiera, tú esposo fue quien ligó. Pero tú te casaste con él y se te ve muy feliz, con cuatro hijos saludables y muy inteligentes. Él es un verdadero siervo de Dios, el hombre de una sola mujer, y te ama y tu felicidad es su deleite. ¡No lo arruines! Te lo digo porque estás a tiempo todavía. ¡No dejes que el diablo te robe tu familia! Esa cosa, ese demonio arde de envidia. Si me oyes, no pasarás el resto de tu vida lamentando y preguntándote por qué fuiste tan estúpida de prestar atención a un hombre, hijo del diablo que te alagó, y que luego de hacerte caer te despreciará, y él mismo te llamará prostituta. ¿Crees tú que él te tendrá confianza sabiendo que le fuiste infiel a tu marido? ¿No te das cuenta que te está viendo como un objeto sexual? Después de llegar la climax, ni de tu nombre se acordará.
¡Cristianas, sean sabias porque yo sé con el empeño que el diablo trabaja con ustedes!
Nota: (Dominicanismo) "ligar"--- Si un hombre ligó una mujer, en muchos aspectos este resultó mucho más beneficiado que ella en la unión, o vice versa.
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