Santo Domingo, República Dominicana. 26 de Junio del 2014
Jehová, Padre, bendito sea tu nombre, que es grande sobre toda la tierra, el planeta de los dioses. Tú, que no tomaste la forma de un "super-extraterrestre" de los de Ben T., sino que el Hijo del Hombre tiene cabellos blancos y ojos como llama de fuego. ¿Hay algo especial en tu máxima creación, el hombre? Me parece que sí, porque te molestaste en sufrir la humillación y el dolor en tu propia piel. Te adoro Dios. Yo declaro que todo aquel que me haya ofendido queda libre de culpa porque en el nombre de Cristo lo perdono. ¡Perdóname Padre mis pecados. Señor, yo sé que cuando Tú levantas a un siervo tuyo con real poder, la oscuridad también manifiesta poder, aunque inferior al tuyo, Jehová.
¡Levanta un hombre con una doble porción del espíritu de Eliseo! Este planeta necesita ser sacudido, avivar tu obra en medio de los tiempos. ¡Que no haya lugar para el indeciso! ¡Mira que reposado está el que se hace llamar tu pueblo cristiano! ¡Señor, ya que te estoy pidiendo esto, y te estoy dando la idea, si no hay ninguno que quiera ese trabajo, heme aquí. ¡Mándame a mí! ¡Envíame a mí, Señor! ¡Envíame a mí! ¡Envíame con la doble porción del espíritu de Eliseo y dime que hacer, y como sacudir este planeta!
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