EVANGELIO DE LA AFLICCIÓN

Santo Domingo, República Dominican. 14 de Junio del 2014

Ya he dicho que la mala suerte no existe. He dicho que existe el bien y el mal, y que quien abraza el mal tiene las consecuencias de abrazar el mal, las cuales son: prosperidad, bienestar, etc., y puede que tenga un final funesto, pero también puede que tenga un final en "paz". Pero después del final es cuando comienza todo.

También quien abraza el bien tiene las consecuencias de abrazar el bien, las cuales son: persecución, conspiración, aflicción, etc., y como Jesús puede tener un final infame. Y otra vez, después del final es cuando todo comienza.

Si se acepta llamar cristología al sistema de valores de Cristo, se hace evidente un principio cristológico al que llamaré: Principio de la tribulación inevitable. Este principio establece que así como aquel quien nace, no podrá evitar morir, del mismo modo quien es cristiano genuino indefectiblemente será perseguido. Reitero, indefectiblemente será perseguido. Por lo tanto, sin temor a equivocación, y absolutamente sin la mínima posibilidad de errar, afirmamos que el "cristiano" que no está bajo el fuego de la persecución, está separado de Cristo y posiblemente no lo sepa. (1Pedro 4:12) y (1Pedro 5:9).

¿De dónde viene esto? ¿Es acaso una obsesión de ser fatalistas? --- No, no es una obsesión de ser fatalistas. Esto viene de un razonamiento lógico, del razonamiento más lógico que un ser humano haya podido hacer. Cristo profetizó que inevitablemente el mundo nos aborrecería (Juan 15:19). ¿Pero por qué hizo esto Jesús de poner su boca en este asunto? Porque lo que Él dice se cumple sin falta. Jesús no profetizó esto como castigo, sino que cualquier hombre común lo habría podido prever, solamente al razonar. 

El diablo, rey del mundo, y cuyo poder va en aumento al mismo tiempo que la dispersión del poder del pueblo de Cristo se acaba, toma ventaja de esta situación. Esta realidad garantiza que no solamente el cristiano, sino cualquiera que se incline a la justicia sufrirá. Aunque creo que sería hablar más de la cuenta decir lo que sigue, lo diré:

El poder del diablo aumenta porque Dios así lo dispuso, no porque el poder de Dios se agota.

Por lo tanto, no es una cuestión de ser fatalistas, es una cuestión de creer a la palabra de Cristo y no ser rebelde a ella, porque muchos están forzando consecuencias y sueltan la cruz y se adaptan al mundo y dicen: "Cristo me ha prosperado".

Observe el mundo, su hipocresía. Todos los días, los cínicos dicen que la corrupción sumerge la humanidad en la más miserable pobreza, y quien ataca la corrupción es el más aberrante corrupto, quien ataca a los asesinos es un sanguinario, quien ataca a los ladronoes es un ladronazo, quien ataca a los mentirosos es un demagogo de marca mayor. Todos lo sabemos. Así funciona el mundo. Ese es el sistema actual de cosas. A quienes se adaptan les va bien, pero es imposible, imposible, imposibilimísimo que a un cristiano genuino e inadaptado le vaya bien.

Por lo tanto , aun si Cristo no lo hubiese profetizado, por la ley de causa y efecto, al cristiano genuino e inadaptado a este mundo que nos aborrece, a este cristiano, no le habría ido bien. Y al "cristiano" que le va bien es porque se ha adaptado, y ahí mismo perdió.