Santo Domingo, República Dominicana. 13 de Noviembre del 2014
¡Que hermosa mañana, y que radiante tarde! Llenas de luz. Gracias Señor por todo. Pero mi gozo no es completo porque Dios me dio el don de ver, y cuando veo a mi alrededor quisiera ser un Robin Hood, o ser una combinación de todos los super héroes de Marvels juntos en un solo cuerpo, pero luego pienso que no hay necesidad de fantasear porque existe un super héroe real, Jesús el Cristo. Él vive, y no es el resultado de la imaginación de un artista. Al universo le consta que Jesús tiene el control. Y lo que yo quiero hacer, con todo ese poder, sin lugar a dudas, Él lo puede hacer mejor que yo, y lo hará. Por esta razón, Él es Dios, y no yo. Y lo hará cuando sea su absoluta voluntad, absoluta voluntad, absoluta voluntad.
Me arrepiento de anhelar ser poderoso porque eso es anhelar ser Dios, y retomo mi actitud humilde de ser dependiente de Él.
Si no eres un niño, no entrarás. Por suerte Nicodemo no estaba ahí cuando Jesús dijo esto, porque le habría preguntado cómo puede un cuerpo viejo volver a ser niño.
¿Será que debemos ser tan vulnerables como un niño? ¿Será que debemos ser tan puros como un niño a pesar de tener tanto conocimiento de la maldad? ¿Será que debemos ser dependientes, pero realmente dependientes de Dios? ¿Será que no debe haber en nosotros el orgullo que nos impida someternos a toda esta ridiculez de Dios que nos ridiculiza?
Dios nos ridiculiza al hacernos reales dependientes de Él. ¿Aceptas eso?
¡El que sea capaz de recibir la palabra de Dios que la reciba!
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