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sábado, 19 de noviembre de 2011

El PERDÓN

 Santo Domingo, República Dominicana. 19 de Noviembre del 2011

Qué importancia tiene el tema del perdón para un cristiano? La respuesta es que su importancia es de primer orden. Simplemente aquel que no perdona a otro sus ofensas, Dios no le perdonará las suyas en el día del juicio. (Mateo 6-15) y se pierde su alma por no perdonar. Una vez que se presenta la situación en la que un hermano ofende a otro, tenemos dos partes: el ofensor y el ofendido. Respecto a esta situación, afortunadamente, el Señor Jesús dejó instrucciones precisas de como debe proceder el ofendido y el ofensor. (Mateo 18:15-17)

El ofensor debe tomar la iniciativa y pedir perdón. Si el ofendido lo perdona, ese el el fin del conflicto, y Dios no disciplina a nadie pues el caso se resolvió. Si el ofendido no lo perdona, Dios disciplina al ofensor, pero este ofensor disciplinado salva su alma. En cambio, el ofendido que no perdonó irá al infierno. Reitero, lo ideal es que el ofensor tome la iniciativa y pida perdón, en cuyo caso, el ofendido, como cristiano que es, tiene la obligación de perdonarlo hasta 70 veces 7. Cristo aquí hablo en lenguaje figurado. 70 veces 7 son 490 veces, pero eso no significa que ese es el número límite, lo que el Señor quiso decir fue que estamos obligados como cristianos a perdonar absolutamente siempre.

De manera que si el ofensor toma la iniciativa y pide perdón, ahí debe acabar el conflicto. Sin embargo, cuando el ofensor no toma la iniciativa, la debe tomar el ofendido, llamándole a solas, para que el ofensor admita su falta y pida perdón o disculpas y entonces descargarlo perdonándolo o disculpándolo. Si este no admite culpabilidad, se ventila el asunto en presencia de dos hermanos con sentido de justicia, para que en presencia de dos testigos conste toda palabra. Si no oye ni admite en presencia de los dos testigos, tenlo por incrédulo, no es de los de Cristo. Pero no tendrás resentimientos contra este rebelde desechado por Cristo, porque debes guardar tu corazón libre de rencor. No resentimiento contra nadie. Es muy importante señalar que este procedimiento es para dos creyentes, no para conflicto, creyente no creyente.Sabemos que Dios es nuestro abogado y dejamos en sus manos todo lo concerniente a las ofensas que el mundo nos propina.

Hay un caso de conflicto en el que el hermano ofendido aplica represalia y paga con la misma moneda. En este caso hay dos ofensores y ambos deben perdonarse.


Primera variante: uno de los dos ofensores pide perdón y admite culpa, el otro no admite culpa y no pide perdón. El que no admite culpa queda mal ante Dios, y el que admite culpa y pide perdón queda bien ante Dios.

Segunda variante:ninguno admite culpa justificándose a si mismos. Ambos quedan mal ante Dios.


Tercera variante:Ambos admiten culpabilidad y se piden perdón mutuamente, ambos quedan bien ante Dios. No tengo como respaldar estas tres variantes con la Biblia, pero yo también tengo el Espíritu Santo.



LA ERRÓNEA, CRUEL, E INJUSTA INTERPRETACIÓN DE MATEO 5:21-26

No salgo del asombro de como varias denominaciones coinciden es esta interpretación de la palabra. Ellos dicen que si alguien me ha ofendido y yo recuerdo su ofensa al arrodillarme, debo pararme de mis rodillas e ir a pedirle perdón a quien me ofendió a mí. Este interpretación es simplemente absurda. Infringe el principio de justicia.

Lo primero que debo decir es que el cristiano verdadero no guarda rencor, pero un cristiano verdadero es muy frecuentemente herido emocionalmente. El enemigo se encarga de usar a todos para herir sus sentimientos. El rencor es el deseo de ver al ofensor sufrir igual o mucho más de lo que él nos ha hecho sufrir. Pero la herida del cristiano es el estado de tristeza y dolor del cristiano porque el ofensor no admite culpabilidad.

El que guarda rencor no resuelve su conflicto interno aún cuando el ofensor admite culpa y pide perdón porque el recibe alivio con la venganza. El herido emocionalmente, el cristiano herido, suele recibir alivio instantáneo cuando el ofensor admite culpa y pide perdón.

Pero lo más importante que tengo que decir de la dinámica entre el rencor, la herida del cristiano, y el tiempo, es que el rencor crece con el tiempo, pero la herida del cristiano sana, y si se recuerda, al recordarla no trae dolor ni resentimiento. No nos mueve. De manera que hay una relación inversamente proporcional entre el rencor y la herida de un cristiano con respecto al tiempo, el rencor crece mientras la herida del cristiano mengua al pasar el tiempo. Por esta razón digo que el dicho que dice: "el que perdona, olvida" es un dicho absurdo. Porque yo no veo ninguna relación entre la memoria y la emoción, cuando se trata de ofensas. Tengo una buena memoria, y cuando algo me hace recordar una ofensa pasada y perdonada, ese recuerdo  no significa que no he perdonado, porque he recordado sin dolor ni rencor.

Retomando la interpretación injusta de Mateo 5:21... lo que  la palabra dice en realidad es que si al traer tu ofrenda al altar, te acuerdas de que tú y sólo tú has ofendido a alguien, entonces tú debes dejar ahí la ofrenda para ir a pedir perdón, porque tú eres el ofensor y el otro el ofendido, él tiene algo contra ti, él tiene cargos contra ti. Eso es lo que la Biblia dice, pero en todos estos años esa cita de la Biblia se ha utilizado para super humillar a los hijos de Dios en los templos.

Aparece una persona que cree que el reino de los cielos le pertenece por sus aportes económicos, ofende a uno de los pequeñitos del Señor, y el pequeñito debe pedir perdón siendo el ofendido porque los líderes dicen que así lo manda la Biblia en Mateo 5:21-26. Qué sentido de la justicia más....! Recuerde, la fiel interpretación de esta cita es que si vas a ofrendar a Dios y el Espíritu Santo te trae a la memoria que has ofendido a alguien, esa ofrenda no será aceptable en tu condición de injusto, ve y pide perdón para que seas justo y tu ofrenda sea aceptable.

DIFERENCIA ENTRE SIMPLE PERDÓN Y RECONCILIACIÓN

Lo que ahora expongo es uno de los puntos que más he debatido respecto al perdón. Llamo simple perdón al descargo expresado por el ofendido al ofensor, y la desaparición del dolor en el ofendido. Por otra parte llamo reconciliación al perdón especial que vuelve a establecer la relación como estaba antes de la ofensa.
Normalmente nos reconciliamos con una persona que nos ofende por ignorancia y cuando al ser impulsiva ofende pero luego reflexiona y pide perdón, pero damos el simple perdón al que nos ofende deliberadamente y con conocimiento de causa. A este tipo de personas aunque la perdonamos: le expresamos el perdón y no albergamos resentimientos; pero guardamos distancia, no nos arriesgamos a exponernos nuevamente con aquel malintencionado, porque sabe que le vamos a perdonar todo lo que nos haga. Pero satanás nos quiere acusar diciendo que el perdón real es solamente la reconciliación. No seamos simples ni incautos, seamos sin malicia como un niño, pero no simples ni incautos. La palabra en el libro de los proverbios nos aconseja que no seamos simples.

Por lo tanto, los elementos constitutivos del perdón simple son básicamente dos: 1- descargo expresado por el ofendido. 2-desaparición del dolor en el ofendido. Mientras que los elementos constitutivos de la reconciliación son tres: 1-descargo expresado. 2-desaparición del dolor. 3- restablecimiento de la relación como era antes de la ofensa.

Cuatro clases de ofensores: 1-el que ofende por ignorancia. 2- el que ofende impulsivamente pero se arrepiente o admite su error. 3-el que ofende impulsivamente y no le importa la estela de ofendidos que va dejando a su paso. 4-el que ofende deliberadamente.

MODOS DE PEDIR PERDÓN

La manera correcta de pedir perdón es admitiendo nuestra falta y solicitando por gracia el descargo. Sin embargo existe un gran número de personas que no saben pedir perdón. Esto es equivalente a no haber pedido perdón. Hay quienes te dicen: yo no veo la razón por la que yo tenga que pedirte perdón, pero si te ofendí perdóname. Esta no es una genuina solicitud, porque no admite culpabilidad. Esta forma de pedir disculpas es una ofensa sobre la ofensa antigua. Es una manera muy sutil de decir que alguien es exageradamente sensible y no para no admitir que ha habido razón para sentirse ofendida la otra persona. La otra cara de la moneda es cuando alguien se ofende sin haber razón para que se haya ofendido. En este caso no hay ofensa. El  que se ofende sin verdaderos motivos debe desofenderse él mismo. El supuesto ofensor no debe pedir perdón para que no refuerce la conducta del que se ofende sin razón, y más importante que eso, porque no ha ofendido. Dios ignoras las acusaciones falsas.

El ofendido manipulador: es cuando el ofensor pide perdón y el ofendido supuestamente lo perdona, pero el ofendido utiliza esta ofensa ya perdonada para manipular al que una vez le ofendió y pidió perdón. Cada vez que se presenta una situación de desacuerdo, este echa en cara un error supuestamente perdonado. Aquí si es válido decir, si perdonaste no debes traer eso nunca más a colación. Yo propongo que se modifique el refrán que dice: el que perdona, olvida, por el siguiente: el que perdona, no trae jamás a colación.

El falso perdón: es cuando alguien te dice que te perdona, te lo dice con su boca, pero con esa misma boca comienza a castigarte, a herirte hasta que se desquita, hasta que te aflige, hasta saciar su deseo de venganza. No te perdonó, se vengó.

El justificarse a uno mismo: cuando en vez de admitir culpa damos razones para justificar nuestros actos, por ejemplo: la serpiente me engañó, la mujer me engañó, etc. Lo correcto es: Dios, pequé, perdóname. Amigo, te fallé, perdóname. Sin añadir justificación.

Psicología que invierte los papeles: cuando el ofensor santurrón se engaña a si mismo convenciéndose y convenciendo al ofendido que por culpa de él, de el ofendido, todo pasó. El victimario se convierte en victima.

La solicitud indirecta: hay quienes tienen una auto-estima muy alta y les resulta imposible decir: lo hice mal, perdóname. Tal vez porque a quien tienen que pedirle perdón es muy insignificante ante los ojos de ellos. Por lo tanto procuran con acciones indicar al ofendido el deseo de ser perdonados. Aquí hay un problema de orgullo y bebe ser resuelto. Humíllate y pide perdón con tu boca.

La actitud correcta al pedir perdón:  La actitud correcta al pedir perdón es la actitud pacífica. Hay quienes te grita PERDONNN, dejándote más ofendido que antes de solicitar el perdón. Piden perdón con gestos, con miradas agresivas, de desprecio, de burla etc. Cuando se pide perdón con la actitud correcta, se enmienda el error, pero cuando usamos la incorrecta agravamos la herida.



El rencor versus la herida Cuando somos heridos emocionalmente todo nuestro ser físico y mental siente una sensación desagradable, y así como una herida hecha con una navaja en la piel toma su tiempo para sanar, del mismo modo una herida emocional profunda nos hace segregar hormonas en nuestros cuerpos que son las que nos hacen sentir esa sensación desagradable a la que llamamos dolor emocional. Esto es importante saberlo, porque si yo perdono en el mismo momento en que he sido herido, los efectos de la herida emocional puede que no desaparezca al instante. La profundidad de la herida es determinante y de esta depende para que la sensación desaparezca rápidamente o lentamente.  Entiéndase esto, el dolor desaparecerá tarde o temprano después de adoptar la actitud de descargar al ofensor, pero en el caso contrario, el no perdonar o guardar rencor, mantiene la herida abierta y sangrante. El que guarda rencor, al recordar la ofensa, es como el que golpea una herida que no ha sanado y la exprime y sangra y duele, y el estado de esta herida es cada vez peor.

CONCLUSIÓN

Si yo no perdono, no seré perdonado. Si el hombre no me perdona, pagaré el último cuadrante, pero Dios salva mi alma, porque Dios dice: te amo y no te dejaré sin disciplina. (Primera de Corintios 11-32) (Jeremías 46-28) Somos castigados para  no ser condenados con el mundo.  Si ofendiste, pide perdón. Si te piden perdón, perdona. Dios ordena esto.

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