VERDAD CON HUMOR

 Santo Domingo, República Dominicana

Sábado 20 de enero de 2024

UNIDAD. 

¿LO ENCONTRARÉ?

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A ésto le dicen asociación libre de ideas. Una publicación me ha conducido a publicar otra, y esa otra a otra...

ARISTÓTELES:    Me has enseñado a pescar porque dijistes que me hacías daño si me regalabas uno de los tres mil pescados que tienes en ese cuarto frío.

PLATÓN:    Así es.

ARISTÓTELES:    Pero de nada me sirve saber pescar si no me permites pescar. Éste es un río tan largo y se ven los peces en abundancia en su superficie. Lo que yo quisiera es que me permitas pescar mi propio alimento como manda el Señor. Hay tanta gente como tú quienes dicen, «Enséñalo a pescar, no le regales el pescado.» 

En la tierra, este pretexto queda tan perfecto. Ya veremos que opinan Jehová de este pretexto el día del juicio.

PLATÓN:    Te voy a decir cual es tu problema. Tú te has empecinado en que no eres cliente y criticas el clientelismo y dices que debe primar la meritocracia y toda esa ridiculez. ¡Aprende a vivir la vida! ¡Déjate de boberías!

Un tipo inteligente como tú. Basta con que seas mi cliente y te pongo a ganar cincuenta mil pesos mensuales. Yo necesito gente con tu credibilidad y que hable bien de mí. Ahora me voy a lanzar como regidor.

ARISTÓTELES:    Pero tú eres un ladronazo. Tú no encuentras que hacer con todo ese dinero que tienes que te lo robaste. Hace seis meses tú vivías alquilado en la cañá Remolino. Yo soy cristiano real. Por esa razón la gente cree en lo que yo digo. Nunca diré que eres serio si no dejas de saquear.

PLATÓN:    ¡Oye bien! No puede ser que todo el mundo esté en error y solamente tú tengas la razón. ¡Revísate! ¡Revísate porque a ti ni la iglesia te extendió la mano jamás! Porque te cogiste con que la verdad es la verdad y siempre has calentado a los líderes de la iglesia. Tú no has querido ser cliente de nadie, solamente de Jesucristo, y Jesucristo no está aquí ahora. ¡Así que sufre callada tu boca!

ARISTÓTELES:   ¡Está bien! Tú tienes tu forma de pensar y yo tengo la mía. Lo único que yo he querido es un pequeño espacio a la orilla del río para pescar lo suficiente con que comprar una libra de arroz y dos huevos.

PLATÓN:    ¡Mira, véteme de ahí! Tu verá ahora. ¡Sacamondongo! ¡Ven acá!

ARISTÓTELES:    ¿Pa' qué tú ta llamando a ese fuertú con cara de asesino?

PLATÓN:    ¡Quédate ahí Pa' que averigüe!

ARISTÓTELES:    No. Ta' bien. Yo ya me voy.

PLATÓN:    No. No te vayas. Quédate ahí ombe!