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miércoles, 26 de septiembre de 2012

FE Y ESPERANZA

Santo Domingo, República Dominicana. 26-Septiembre-2012

La sutileza con la que opera satanás no debe parecernos admirable por el grado de inteligencia de esta bestia, sino escalofriante por el alcance del daño que tienen sus maquinaciones cuando las ejecuta con éxito.
"Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.   Y Él dijo: ven! Y descendió Pedro de la barca, andando sobre las aguas" Mateo 14:28-29
 Pedro ya había hecho el supremo razonamiento: "Si Dios manda, nada es imposible"

Si usted es una persona que ni en sus sueños suelta las leyes naturales y al soñar algo ilógico o "imposible" de realizar siempre descubre que está soñando, su nivel del consciente está muy desarrollado, no va a comprender del todo como funciona la fe, pero si usted se permite soñar y descubre hasta después de despertar que esa cosa experimentada en su sueño era "imposible", entonces podrá comprender como funciona la fe.

La fe es un bloqueo temporal del sentido lógico. Este bloqueo es normal que suceda al estar dormidos, pero despiertos, cuando sucede, estamos hablando de un don que sólo viene de Dios, el don de fe.

La palabra viva y con voluntad propia de Dios dice que al oír (o leer) la palabra de Dios, viene la fe. Pero satanás está introduciendo sutilmente métodos de religiones prohibidas en el cristianismo. Hermanos, Dios no da fe al que medite más, el ojo de Dios ve otras cosas que el hombre no ve, como son: la humildad, el amor, la misericordia, la justicia...

Cuando vemos milagros, estamos viendo a Dios canalizado por una persona a quien Dios le ha bloqueado el  sentido de lo lógico, para Él, para Dios llevar a cabo una obra llamada milagro. La convicción no funciona a discreción, se necesita el permiso de Dios, que Él diga: ¡Sí, ora, que lo haré!

Obviamente, lo anterior no aplica para quien pide con fe u ora con fe para sí mismo, es decir, para recibir personalmente el beneficio. Pero cuando el beneficiario es un tercero, es imprescindible ser enviado primero.

Orar con esperanza es orar por un enfermo terminal y mantener viva la esperanza de que Dios puede hacer la obra; mientras todavía vive. Si el enfermo muere, murió también la esperanza, pero nunca se dudó de que Dios pudo hacer la obra. Orar con fe es tener inexplicablemente la seguridad de que sanará, y esa convicción inexplicable viene cuando Dios nos dice:
"Sí. ¡Ve y ora que yo lo haré!

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