Santo Domingo, República Dominicana. 29-Septiembre-2012
Predicar el evangelio de Jesús. Interpretar el evangelio de Jesucristo de la manera en que Blogger me ha permitido divulgarlo, tiene para mi persona consecuencias desagradables. Ya que mi palabra, que no es mi palabra ha lastimado la herida de algunos que gritaban a los cuatro vientos tener la interpretación bíblica más objetiva. Pero aparece uno que nadie estaba esperando y que había sido silenciado por más de veinte años con una técnica simple: "Ignorar mis palabras".
Yo tengo defectos, y a pesar de eso Cristo me ama. Así que la verdad de Cristo no se convertirá en mentira por mis defectos.
Ignorarme era la técnica, pero no contaron con el poder de la tecnología, y que Dios la pondría a mi disposición. Lo que yo hago pone a todos a juzgar entre lo que yo digo y lo ellos dicen, y como el mundo es un tercero imparcial en este asunto, se sienten desnudos, descubiertos, delatados, porque están conscientes del error en que a vuluntad perviven, y la verdad de Cristo los confronta.
Jeremías fue uno que padeció el desprecio de aquellos que se suponía debían entender que la palabra que él hablaba, era de parte de Dios.
¡Oye lo que dijo la anciana mujer del sacerdote Zacarías, padre de Juan el Bautista!
Jehová, te digo esto en voz alta para que lo oiga el mundo:"Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó QUITAR MI AFRENTA entre los hombres"
Ellos dicen que si yo no provoco el cambio, el cambio no llegará, en otras palabras diciendo:¡Líbrame de entrar en ansiedad y perder la paz que tú me das! ¡Líbrame de envidiar al impío que como hierba se secará! ¡Líbrame de envidiar al pseudo-cristiano con su propaganda de la abundancia que no se sabe como la mantiene!
"No interpretes literalmente que todo es posible para Dios"Pero yo en ti espero. Y sólo recibiré lo que no me obligue ofenderte.
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