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sábado, 9 de febrero de 2013

EL MUNDO INJUSTO DEFIENDE A LOS INJUSTOS DEL MUNDO

Santo Domingo, República Dominicana. 09-Febrero-2013


Yo contaba con aproximadamente 11 años. Los muchachos acostumbrábamos jugar pelota en la Máximo Grullón. Usábamos una pelota de (goma) caucho la cual bateábamos  con un puñetazo. Los muchachos llamábamos a esta forma de jugar pelota (jugar pelota a la mano).

Un domingo por la mañana jugábamos pelota en la calle. Era mi turno para batear. Al batear, la pelota se va de foul (faul), y golpeó en un hombro a una mujer llamada Hortensia. La mujer toma la pelota y dice que no la va a devolver y comienza a reprocharle a uno de los muchachos llamado Yuri. Ella pensaba que Yuri había sido la persona quien le había pegado la pelota; pero cuando Yuri le dijo que el no había bateado, que había sido yo quien había bateado, instantáneamente se desmayó y hubo que buscar alcohol para hacerla volver en sí. Todos los muchachos estaban muertos de la risa, y a carcajada, pues fue tan obvio su aspaviento, el teatro exagerado, que no pudieron contener la risa. Eso se extiende y no me agrada el resto de la historia. Esa actitud injusta me hizo sentir miserablemente mal.

Luego de convertirme al Señor he sido objeto de esa misma actitud; pero en estas ocasiones el profundo deseo de quienes ansían acusarme los lleva al punto de acusarme con tan exagerado aspaviento, en situaciones en las que yo he sido totalmente ajeno, que resulta difícil de creer hasta para mí mismo siendo la persona que ha vivido esta experiencia. Daré un solo ejemplo:
Una vez el hijo de un pastor que vive en frente de mi casa estacionó una Jeepeta en un lugar, exactamente en frente de mi casa y rompió una tubería de agua con sus grandes y pesados neumáticos. Gracias a Dios que yo lo vi. Cuando dos comadres vieron la tubería rota, entre las dos me hicieron un alboroto tan exagerado que tuve que enmudecer. Cuando se callaron, cuando se dispusieron oír qué yo respondería, yo les dije: "fue el hijo del pastor que la rompió."  Cuando oyeron mi respuesta, se miraron un a la otra y cada una se fue a su casa y no me pidieron disculpa por la bulla injusta que me armaron. Se fueron mostrando total desinterés por el asunto de la tubería rota.
La palabra dice que tenemos una nube de testigos observándonos para acusarnos al instante que cometamos el más insignificante de los errores. ¿Por qué? Porque el verdadero cristiano los hace sentir mal. Nuestra vida los hace sentir que uno los acusa. Uno no los acusa de nada. Todo el mundo hace lo que se le viene en gana y no oye mi voz. De la única manera que oyen mi voz es si estoy cantando al Señor o si estoy hablando de la Biblia. Pero el hecho de yo estar apartado de todo pecado los hace sentir que los acuso.

Mi hermano no es cristiano y está pasando una prueba increíble con un individuo. Este individuo estaciona todos los días su carro en frente del garaje en el que mi hermano guarda su carro y mi hermano tiene que decirle siempre que mueva su carro para el poder salir o entrar. La Ley 241 art. 83 de R.D., la cual todo aquel que tiene licencia de conducir ha leído, establece claramente que es ilegal estacionarse obstaculizando un garaje. Mi hermano , hoy debía salir de emergencia y no se pudo ir en su vehículo para hacer la diligencia que tenía que hacer porque el individuo estacionó su carro en frente del garaje y desmontó un neumático para ir al gomero a tapar su neumático pinchado. 

Yo hablé en voz alta en la calle protestando por esto; pero todos eran indiferentes a lo que yo decía. Yo le pregunto a usted:
¿Qué imagina usted lo que pasaría conmigo si yo hiciera exactamente lo mismo?
Anoche Dios me dijo en un sueño que Viet-Nam es un barrio encadenado y no quiere, no quiere, no quiere ser libertado. 

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