MATRIMONIO-2

Santo Domingo, República Dominicana. 13-Febrero-2013

Ya he dicho que Jesús aunque no vino para abrogar la Ley de Moisés, sino para cumplirla, a pesar de esto, Jesús abrogó aspectos o algunos puntos de esta Ley de Moisés. Quiero comparar a Deuteronomio 24 con Mateo 19.

DEUTERONOMIO 24:

"Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir a casarse con otro hombre. (Deut. 24:1-2). Si te divorcias de una mujer, te puedes volver a casar con ella, sólo con una condición, y es que ella después de haberse separado de ti, no se haya casado y divorciado de otro hombre, en cuyo caso ella se podrá casar con cualquier otro, menos contigo. (Deut. 24-4).

Lo anterior es la Ley de Moisés, pero Jesús abrogó parcialmente lo relacionado al divorcio. ¡Leamos ahora a Mateo 19:

"Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación y se casa con otra, adultera, y el que se casa con la repudiada, adultera." (Mateo 19-9.)

En Mateo 19-9, Cristo dice que el matrimonio sólo Dios lo puede disolver, con la muerte de uno de los cónyuges. Pero hay algo muy importante que observar en Mateo 19, y es que Cristo dice que este cambio que el hace a la Ley, sólo podrá cumplirlo aquel con la capacidad para acatarlo. (Mateo 19-12, la última  oración del versículo 12).

Cristo dice que el hombre podría divorciarse de su mujer si esta le es infiel y quedarse solo. Los discípulos dicen que es una condición muy dura y difícil de cumplir, entonces Jesús les dice que hay hombres que no tendrán relaciones por una condición de impotencia, y otros porque han sido castrados, pero aquellos cuyas esposas han cometido infidelidad contra ellos y no pueden tolerar la infidelidad de sus esposas, y se divorcian con la condición de quedarse solos, estos son los que son eunucos por causa del reino de los cielos. 

Ahora bien, si un hombre me dice que no tiene fuerza de voluntad de la que viene de Dios para quedarse solo, yo estoy obligado a creerle, pero Dios sabe sobre cada uno de nosotros si somos o no somos capaces de permanecer solos sin casarnos. Así que el creyente que se divorcia y se casa otra vez con otra por causa de infidelidad, única causa de divorcio ante Dios, no debe ser excluido en nada respecto a la iglesia, y el asunto cae en la completa y exclusiva jurisdicción de Jehová. Pero de igual manera,  aquel que se divorcia y se convierte en eunuco porque de Dios ha recibido la capacidad y no vive quemándose, entonces que lo sea. 

Decimos entonces que el hombre que se divorcia de la mujer infiel y se casa con otra, ES un adúltero tolerado por Dios, pero fuera de esta ofensa, la infidelidad, u otra de igual o mayor gravedad, como por ejemplo el atentado contra la vida o la integridad física, quien se divorcia y se casa de nuevo, NO es un adúltero tolerado por Dios.

Hay otros atentados o tipos de violencia más tolerables que no son causa para el divorcio. Hoy en día deben trabajar los consejeros para sanar las relaciones. ¡Cada quien que cumpla su rol en el cuerpo de Cristo! Los consejeros tienen que funcionar a favor de la familia cristiana, pero esencialmente en la educación que previene que parejas lleguen a estados críticos en sus relaciones.

La iglesia debe instituir una cátedra o clase en la que los adolescentes sean preparados para la vida matrimonial a la luz de la palabra. ¡Tanto que se habla en radio y televisión cristiana sobre trabajar con la familia! Y esto que yo planteo ahora de trabajar profesionalmente con los adolescentes, y solteros y solteras,  no existe. No existe un programa fijo en cada iglesia para tratarlo cotidianamente. A menos que los profesionales de esta área vean como una amenaza a sus ingresos económicos el hecho de prevenir hoy al adolescente y al soltero, que no le proporcionará ingresos económicos en el futuro. ¡Guarda tu corazón! Porque a Dios no se le escapa nada.