Santo Domingo, República Dominicana. 12-Febrero-2013
El hombre moderno de Dios tiene una enorme responsabilidad en sus hombros porque tiene la obligación de legislar para la iglesia en esos aspectos en que la Biblia hace silencio, sin caer en el pecado de añadir o quitarle a las Sagradas Escrituras. El contexto del hombre antiguo es muy distinto al del hombre moderno de Dios. Por ejemplo, la Ley contempla la pena de muerte para el adúltero y para la adúltera; por esta razón no se legisló más allá de ese punto respecto a este pecado; pero Cristo deroga la pena de muerte al perdonar a la mujer adúltera y esta nueva situación crea un panorama distinto, el cual no cuenta con ningún texto Sagrado actualizado que lo regule, o con muy poco. Otra cosa diferente entre los contextos antiguo y moderno es la violencia intra-familiar la cual en el peor de los casos conduce al feminicidio. ¿Qué está haciendo el hombre de Dios?
DEUTERONOMIO 22:29
"...entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló, no la podrá despedir en todos sus días."
Para dar una idea del criterio que utilizo para crear un concepto extra-bíblico, extra-bíblico porque no está escrito en la Biblia, pero aceptable porque no violenta el espíritu de la misma, a este criterio lo podría llamar: Bíblico por Analogía.
Cuando yo como hombre de Dios digo que X ofensa merece cierta corrección y ni la ofensa ni la corrección están escritas en la Biblia, y alego que lo he hecho por analogía al Texto Sagrado, los demás hombres de Dios juzgarán si me he excedido o me he quedado corto. Si lo he hecho correctamente, mi juicio ha sido válido. Pero en ningún caso habrá denegación de justicia. A la luz de Deut. 22:29, el humillar a tu prógimo es un pecado que debe ser reparado en su justo grado por quien humilla, pero todo análisis se debe construir sin falta, sobre la base del amor, justicia, misericordia, y fe...
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