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jueves, 8 de diciembre de 2011

APOSTASÍA DE FACTO

La palabra apostasía significa: acción y efecto de apostatar, y apostatar significa negar la fe cristiana, cambiar de doctrina. La palabra apostasía es importante que la tengamos presente porque la apostasía es una señal del fin de este siglo. Una persona que nunca ha creído en Jesús no puede apostatar. La apostasía viene de una persona que después de haber creído en Jesús, luego lo niega. Es decir, niega que Jesús sea el hijo de Dios, etc.
Pero cuando la palabra habla de apostasía, no se refiere a uno o dos o diez casos aislados, se refiere más bien a una tendencia masiva de esta negación de Cristo por creencias diabólicas, disfrazadas de metafísica, magia blanca, ciencia de lo oculto, y cuantas diabluras el enemigo se ingenie para desviar a los que no se sembraron con profundidad en la roca que es Cristo el Señor. Si fulano, luego de haber creído en el Señor, luego lo niega creyendo en cualquier otra cosa prohibida por Dios, entonces fulano es un apóstata.
Ya hemos dicho que para hablar de apostasía, esta apostasía a la que hace referencia la Biblia como señal del fin del siglo, tiene que haber una manifestación generalizada de este fenómeno. Pero si nos detenemos a observar a este, como a cualquier otro fenómeno, descubriremos que antes de ver su manifestación ha de haber un período de gestación. 
Exactamente hoy vivimos ese período de gestación  al que llamaremos: APOSTASÍA DE FACTO.
Mucha gente hoy, aunque confiesa creer en Cristo, practica otras actividades espirituales prohibidas por el Señor. Esto se está dando de forma masiva. Cuando esta masa que de facto niega a Jesús, lo decida negar de hecho y de derecho, dará el salto a la plena apostasía, señal del fin. Negamos a Jesús de hecho y de derecho cuando con nuestros hechos y con nuestra boca lo negamos. Hoy abunda la apostasía de facto.

Lecturas sugeridas:
Primera de Timoteo 4-1
Segunda de Tesalonicenses 2-3

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