En Mateo 10:8 dice que gratuitamente hemos recibido del Señor y gratuitamente debemos dar lo que hemos recibido. El patrimonio de la humanidad por excelencia es la verdad bíblica, es Cristo. Aunque el hombre vive sumergido en sus delitos y pecados, el deseo de conocer de Dios, el hambre de Dios se ha incrementado enormemente en estos últimos tiempos. Y los que conocen de oferta y demanda se han lanzado ha explotar con fines de lucro esta hambre de Dios. Obtener ganancias por divulgar la verdad de Cristo es algo prohibido por el mismo Señor. Los que conocen la verdad bíblica deben enseñarla gratuitamente, ese es su deber.
Qué explicación daré sobre lo escrito en la Santa Palabra de Dios que dice: "Quien ministra en el altar, que viva del altar." Y otra que dice: " No pondrás bozal al buey que trilla."
La enseñanza bíblica debe ser gratuita. Ahora bien, los que enseñan tienen igualmente que todos los hombres necesidades básicas que satisfacer, y estas corren por cuenta de la iglesia (Lucas 10:6-7):
"Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él, y si no, se volverá a vosotros. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den, porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa."
Es importante observar con detenimiento el contexto de estas palabras, porque con facilidad puede, erróneamente entenderse que el Señor se contradice al decir:
"Da gratuitamente de tu don" Y luego decirte: "El obrero es merecedor de su salario."
La situación debe entenderse de esta manera, el Señor te permite percibir por tu labor en su viña lo necesario para subsistir, pero no te permite percibir ganancias enriquecedoras materialmente. Con esto se cumple lo que dice: "Quien ministra en el altar, que viva del altar."
La enseñanza de la palabra debe hacerse de manera gratuita, pero si un creyente, no un inconverso te está diciendo que aceptes como ofrenda a Dios una ayuda, sea pequeña, o grande, debes aceptarla. No aceptarla es impedirle a este hijo de luz que honre a Dios con sus ofrendas. Entiende, tú no eres Dios, pero recibes en representación de Él. Pero si no recibes nada, de todas formas seguirás enseñando a todo aquel que acepte ser enseñado. Es por gracia.
La ofrenda del inconverso es obominable a Dios. No la recibas. Eliseo la rechazó (2da de Reyes 5:16) pero Giezi secretamente la tomó, luego la lepra se le pegó a él. Pero Elías recibió la ofrenda de la viuda de Sarepta (1ra de Reyes 17:12,13, y 14). La ofrenda es un mandato de Dios.(Deuteronomio 16:16) "...ninguno se presentará a Jehová con las manos vacías." Sin embargo entiendase esto: Nadie se presenta delante de Jehová, sino delante de quien lo representa.
Quiero recordar en este momento lo que ya se había expresado en la propuesta teológica. Los temas de interés en nuestra teología son los relacionados con lo que es la voluntad de Dios, respecto a los hombres, para que la pongan por obra, y el tema que acabamos de presentar cae dentro de esa categoría.
De manera que interpretamos como voluntad de Dios la enseñanza gratuita de la interpretación bíblica, la no aceptación de ofrendas de inconversos, y la aceptación de ofrendas voluntarias provenientes de creyentes, y hacemos énfasis en el adjetivo: voluntatrias.
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