Santo Domingo, República Dominicana. 23-Octubre-2012
Me has quebrantado,
me has molido,
y ahora es polvo mi carne,
para rehacerme y para darme
la forma que tú has querido.
Y aún me sigues moliendo,
indicio de que aún falta
para la perfecta masa
la masa del alfarero,
que con tesón y esmero
se afana en perfeccionar,
para a mi carácter dar
los rasgos que tú prefieres,
pues un vaso de honra quieres,
no un coroto que tirar
en el basural de fuego
donde el diablo irá a parar.
Y cuando una sensación
de malestar en mi vientre
por temor cuando el gigante
me quiere apesadumbrar,
con violencia hay que sacarla
sino me va a derribar.
No quiero que te confundas
cuando hablo de violencia,
pues no es con carne ni sangre
la lucha que sostenemos,
es contra el diablo y sus demonios
que en Jesucristo vencemos.
Maestro,
mía es la confusión de rostro
y tuya es la justicia,
haz de mí lo que tu entiendas
que mi alma necesita.
Nunca de ti me apartes
mas adhiéreme a tu reino,
como tinta indeleble que jamás se quita,
en el nombre de Jesús es mi petición Padre Eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario