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martes, 8 de julio de 2014

EL LEVÍTICO DEL NUEVO PACTO

Santo Domingo, República Dominicana. 08 de Julio del 2014

Cristo no fundó la iglesia cristiana. Los apóstoles la fundaron. Los apóstoles no fundaron la iglesia cristiana. Cristo fundó la iglesia cristiana. ¿Qué locura es esta? Cristo no fundó la iglesia cristiana porque su orden fue predicar hasta los confines de la tierra, luego, el Hijo del Hombre ascendió, y sus predicadores fundaron la iglesia, pero estos fundadores no hicieron lo que la musa puso en sus cabezas, sino que el Espíritu Santo guió paso por paso la fundación de la iglesia. El Hijo del Hombre no fundó la iglesia, la fundó el Espíritu Santo utilizando a los apóstoles.

No mal interprete mi intención por la forma que he expresado esto. Yo le respeto y no juego con la mente de nadie. Lo que he dicho es lo siguiente:
Cristo no fundo en persona la iglesia, no dio instrucciones de como hacerlo mientras estuvo con los apóstoles, pero Cristo fundó la iglesia porque el Espíritu Santo la fundó dando instrucciones a los apóstoles de como hacerlo. Seguro este párrafo se comprende mejor.
Desde Mateo hasta Apocalipsis tenemos las instrucciones de los sacerdotes cristianos, los cuales somos todos quienes hemos aceptado a Jesús. Así que este conjunto de libros son para nosotros lo que es el libro de Levítico para los sacerdotes del Viejo Pacto.

Y las instrucciones de nuestro Levítico se resumen en las dos primeras asignaciones que Cristo, es decir: que el Espíritu Santo, es decir: que los apóstoles establecieron. Yo llamo a estas dos asignaciones, los dos primeros puntos del Estatuto del la Genuina Iglesia de Jesucristo:
  1. El servicio social a la iglesia. (administrado por un orden de sacerdotes nuevotestamentarios)
  2. El minsterio de oración y de predicación o de enseñanza. (administrado por otro orden de sacerdotes nuevotestamentarios)
Base bíblica de lo que acabo de escribir: (Hechos 6:3 y 4).

Pero hoy hay una "iglesia" con unos "líderes"   que le dicen a sus miembros:
Incrédulos, ustedes merecen el hambre que están pasando y las pruebas económicas que los está devorando. ¡Miren mi Jeepetón que Jehová me dio porque yo no soy incrédulo! ¡Oren con fe como yo incrédulos! ¡Y no me envidien, sino, oren como yo, con fe! ¡Dejen la gritería! ¡Siembren con liberalidad que estoy atrasado en el pago de la universidad de mis hijos y dejen la gritería! ¿Ustedes creen que es fácil? Es a Harvard que yo envío a estudiar a mis hijos. ¿Por qué? Porque yo soy un hijo del Rey. Yo soy cabeza y no cola como ustedes que no oran con fe.
Les confieso que antes yo lloraba por esto, pero del mundo oí algo que me hizo reflexionar: "Los pueblos tienen los líderes que merecen". Yo, Rolando, por mi decisión y voluntad dije:
Este hijo de satanás no me dirige, porque Dios me dice: "eres cómplice al ayudar al pastor asalariado, sea moral o económicamente".

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