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martes, 1 de julio de 2014

LOS MANGOS BAJITOS

Santo Domingo, República Dominicana. 01 de Julio 2014

Antiguo refrán dominicano: "A fulano le gustan los mangos bajitos". Esto se le atribuye al peleador que rehusa pelear contra contrincantes de su mismo nivel, y solamente pelea contra aquel a quien derrotará con las manos atadas. Para ponerlo en una sola palabra, a quien le gustan los mangos bajitos, es un abusador según el refrán.

Para quienes las palabras: honor, ética, moral, etc., tienen valor, no combaten en condiciones desiguales, pero para quienes la moral y le honor son un estorbo, la fruta más deliciosa es el mango bajito.

¡No crean que impresionan a Dios con estos encisivos ataques a la homosexualidad!

Antes de seguir debo dejar algo claro. Quien practica la homosexualidad y muere sin abandonar esta práctica y sin haber aceptado a Jesús de verdad, e incondicionalmente, quien así muere, irá al infierno. Esto es suficiente para los que quieran hacer conjeturas sobre mí.

Prosigo. ¡No crean que impresionan a Dios con esta "gran causa anti-homosexualidad"! ¿Por qué? Porque hay otras peores. Y pondré en primer turno a la corrupción política. ¿Creen ustedes que no había homosexuales en Israel cuando Juan el Bautista se enfrascó en denunciar el pecado de Herodes el Tetrarca, lo cual le costó la cabeza?

Ser cristiano es algo más!

La rampante corrupción de mi país hace de la homosexualidad una trivialidad, pero esa causa (la anti-corrupción) es peligrosa. A la gente le arrancan la cabeza de verdad, como lo es el caso de Darío Gómez, un diputado quien hizo intentos amenazantes contra la corrupción y su muerte bastó para que todo el mundazo dejara de soñar despierto.

¿Soy yo, Rolando, un hombre valiente?  Tal vez, pero no lo suficiente como para atacar la corrupción y provocar que me arranquen la cabeza. Yo considero una hipocresía colar el mosquito y tragar el camello. Si no tengo valor para atacar el peor de los males, tampoco atacaré el menos grave. Así, como soy un cobarde, no ataco ni a uno ni al otro para no hacerme hipócrita ante los ojos del Dios todo poderoso. Mi posición desaprueba la homosexualidad, pero la ética de Dios me impide hacer causa contra la homosexualidad antes que contra la corrupción política.

¿Rolando, tú te crees que tu palabra es la ley?  No. Pero tú tienes una conciencia y ahí es donde Dios tiene escrita su Ley.

No crea nadie que por mi mente haya pasado ir por el poder político alguna vez. Solamente si se cambia la  Constitución, y no exija jurar, tal vez yo podría pensar en política. ¿Cree usted que se haría ese cambio constitucional solamente para que yo entre a competir? No lo creo.

¿Cristianos evangélicos, por qué no dejaron ustedes que los católicos fueran los únicos quienes pudieran celebrar matrimonios con estatus legal? 

Ahora, si se aprueba alguna ley para legalizar el matrimonio homosexual, ustedes pastores quienes tienen licencia para esto, van a coger sus cárceles cuando sean demandados por discriminación, o abdicarán de la fe que profesan, para evitar la cárcel. Dios no se equivoca. Raiz de todo mal es el amor al dinero.

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