Santo Domingo, República Dominicana. 10/abril/2012
El pasaje más utilizado para expresar la medida del amor de Dios para con nosotros es Juan 3:16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo que entregó a la muerte a su único hijo, para que todo aquel que en el crea no se pierda, más tenga vida eterna". Después del nacimiento de mis hijos tengo una más acabada comprensión de este pasaje. Después del nacimiento de mis hijos he experimentado que el amor duele. Es como dice la Santa Palabra de Dios: el amor es sufrido y no busca lo suyo propio.
Dios en su sabiduría profunda nos permite experimentar emociones por lo menos parecidas a las que Él experimenta. Lo dice en su palabra: A su imagen y a su semejanza hemos sido creados. Dios no es una super-computadora. Dios es una persona, pero es la Suprema Persona.
Como maestro de Idiomas me esforzaba al máximo para que mis alumnos aprendieran lo que les enseñaba, pero me parecía increible lo indiferentes y apáticos que eran mis estudiantes. Yo anhelaba enseñarles y a ellos ni les importaba lo que yo les enseñaba ni les importaba mi esfuerzo en beneficiarlos. Esta experiencia es extremadamente desalentadora. Dios hace lo mismo al amar al hombre, pero su amor es tan grande que en vez de desalentarse extiende su misericordia con paciencia.
Cristo te ama. Si pudieras repetir en tu mente esta oración:
Cristo, te acepto. !Ven a mi vida y cámbiala! Yo quiero sentir ese amor tuyo.
Si repetiste esta simple pero poderosa oración ya eres una nueva criatura en Cristo. Eres legalmente de la propiedad de Jesús. Así que busca en este mismo momento si es posible, una iglesia cristiana y comienza el viaje por la senda estrecha. Y no importa cuan profundamente estés en el pecado. Para Jesús nada es imposible.
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