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miércoles, 25 de abril de 2012

EN CRISTO SOMOS NUEVAS CRIATURAS

Santo Domingo, República Dominicana. 25/abril/2012

No ignoramos la enseñanza que dice: No pondrás remiendo de paño viejo en vestido nuevo, ni vice versa. Pero lo que está pasando es que aún cuando el vestido está viejo se utiliza el remiendo de paño nuevo. Cristiano, eres llamado para que hagas intentos sinceros día tras día de alcanzar la estatura de Cristo, No es problema tuyo el lograrlo o no, eso es problema de Cristo, tu deber es hacer el intento sincero día tras día.

En 2da Corintios 5:17 dice: <<De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, todas las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas>>. La iglesia de hoy, con toda su buena intención se ha vuelto permisiva para así ganar más almas <<para Cristo>>. La táctica le ha funcionado porque hoy en día se convierten muchísimas personas. Pero la táctica de permitirle al nuevo creyente tantas cosas sin amonestarle ha creado a la vez un problema, porque al nuevo creyente no se le está enseñando que la mayoría de los hábitos que él trae del mundo, debe cambiarlos por otros hábitos, y son los hábitos de un cristiano: Ayunar, orar, leer la Biblia, alabanzas y adorar, dar limosnas, ayudar al necesitado y sacar de su vida las mentiras, las burlas, la pornografía, palabras indecentes, la fornicación, y todos los vicios del mundo.

Aunque la Biblia dice que hay que cambiar todas las cosas, en realidad lo que quiere decir es que debemos cambiar todas las cosas malas solamente, porque si tu honras a tu padre y a tu madre, eso no lo debes cambiar porque eso está bien hecho. 

Es mejor no aceptar a Jesús, si no hemos decidido corregirnos por completo para Cristo. Esta decisión no significa que lograrás el cambio instantáneamente, pero Dios ve la intención. Si un nuevo creyente ha dicho en su mente: <<En nombre de Jesús haré mi más grande esfuerzo para no decir palabras indecentes, por ejemplo, y se esfuerza muchísimo para estar pendiente y no hacerlo y luego las dice impulsivamente, Dios no le condenerá ni le castigará porque Dios ha visto que hizo su más grande esfuerzo y sin querer lo ha hecho. Si le hubiera dado tiempo a pensar, no lo habría hecho. Pero aunque Dios no te castigue por esto debes pedir perdón al Señor por todas tus faltas.

En conclusión, el que decide aceptar a Jesús como su salvador, debe tener muy claro en su mente que va a abandonar muchas cosas que a él o ella le gustan mucho. Aceptar a Cristo como nuestro salvador es un sacrificio doloroso y lo ha tenido que hacer todo cristiano sin excepción de nadie. 
<<Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñaran a discernir entre lo limpio y lo no limpio...>> EZEQUIEL 44:23

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