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miércoles, 28 de marzo de 2012

EL PODER DE LA ALABANZA

Santo Domingo, República Dominicana. 28/mar/2012

Hay un orden de sacerdotes cuyo único requisito es la santidad, aunque en la antigüedad este sacerdocio pertenecía a los levitas (1ra de Crónicas 6:32), hoy en día lo puede ejercer todo aquel que ha sido lavado con la sangre del Cristo: adoradores.

Porque el Padre busca adoradores que le adoren en Espíritu y en verdad, y es necesario que tales adoradores adoren, y no hay un lugar específico para adorar, tampoco un tiempo, sino que se adora en todo lugar y en todo tiempo.

Permítame desviarme un poco del tema. En Juan 3:8 dice que quien es nacido del Espíritu no conoce su trayectoria en la vida. Esto en oposición al hombre natural que sabe lo que quiere y lo sale a buscar, el nacido del Espíritu sabe también lo que quiere pero busca la aprobación de Dios. 

He hecho este comentario porque uno de mis sueños es tener un lugar cómodo y cerrado que no permita que el sonido que produzca dentro de él, sea escuchado fuera de él. (A prueba de ruido), y encontrar un número de adoradores, apartados para Dios, en santidad. Mi finalidad es que en ese lugar se cante a Jehová Dios 24 horas, los 7 días de la semana, los 365 días del año. Utilizando horarios rotativos, flexibles entre cantores pero sin que se detenga la alabanza a Dios. Un lugar exclusivamente para cantarle a Dios, solamente himnos de adoración. Estudiaríamos canto y formaríamos un coro. Ese es uno de mis sueños. Está en las manos de Dios que lo pueda cumplir. Cómo lo haríamos? No se, pero tengo la certeza de que Dios nos guiaría. Además, no se amanece todos los días en discotecas?

Si para el hombre natural lo siguiente que diré es basura, ciertamente para los hijos de luz es una verdad poderosa:
DIOS HABITA EN LA ALABANZA (SALMOS 22:3)
Dios es omnipresente porque no hay un rincón del universo que su vista no alcance, pero su presencia no es omnipresente ni lo será. Cómo lo demuestro? Fácil, el lago de fuego y azufre existirá por los siglos de los siglos y su presencia no estará ahí, aunque su vista sí. 

La alabanza es poderosa porque invita a Supremo Dios a hacer presencia en el lugar donde se le está adorando. Tan simple como eso. 

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