Translate

viernes, 16 de marzo de 2012

LA NOCHE DE MI LLAMADO

Santo Domingo, República Dominicana. 16/mar/2012


Testificaré de como acepte a Jesús, pero antes, algo de los antecedentes a mi conversión al cristianismo. Cuando tenía aproximadamente 5 años, mi madre me llevaba al Salón del Reino de los Testigos de Jehová. Mi madre me prometió que me regalaría un libro titulado "EL GRAN MAESTRO" de los Testigos de Jehová, cuando lograra aprender a leer. Ese libro me encantaba por las figuras que tenía. Esta motivación me hizo lograr aprender a leer muy pronto. Después de cumplir 7 años mis intereses cambiaron y la diversión de jugar pelota, correr en la calle etc., era mi prioridad. Vivía en los Mina, y en 1980 nos mudamos a Villa María/Provincia Santo Domingo. A diferencia del lugar donde vivo ahora, un lugar en el que hay una iglesia en cada esquina y muchos evangélicos, en Villa María encontramos un colmadón en cada esquina. La idea es que la palabra Dios o Jesucristo, por lo menos en el tiempo en el cual viví ahí, no eran comunes. Yo solía visitar la casa de una señora llamada Doña Nisa. Ella acostumbraba ver un programa llamado CLUB 900. A mí me deleitaba escuchar la palabra del Señor, y siempre iba para hacerle compañía viendo el programa. Hasta que un día mientras en la televisión hacían el llamado a la aceptación del Señor, a ella se le ocurrió decirme: !Rolando, vamos a aceptar al Señor! ¿Quieres? Cuando me dijo eso mi corazón comenzó a latir rápidamente, estaba asustado. Me encantaba el Señor y toda su palabra, pero la idea de abandonar el mundo me aterró. Ella me decía: ¿Quieres? Y yo no respondía. No me negaba, pero tampoco aceptaba, hasta que ella dejó de insistir y sentí un gran alivio. Jamás volví a ver el programa con ella. Yo debía tener unos 15 o 16 años cuando eso. Siendo un poco mayor, de unos 18 años aproximadamente, el Señor empezó a usar a un amigo llamado Roberto Martínez (Tiki) para predicarme el evangelio. Yo me escondía de él para que no me predicara. En ocasiones anhelaba que se detuviera de predicarme porque me ponía intranquilo, pero nunca me atreví decirle que se detuviera. El alivio era grandísimo cuando él cambiaba de tema. Una noche yo tenía unos planes con una chica que había perseguido por meses, y me dirigía a su encuentro cuando Tiki, sin saber de mis planes, me interceptó en el callejón de la Grullón para predicarme. Recuerdo que la chica se fue y perdí la oportunidad. Me resigné a tan terrible pérdida, la cual Tiki me ocasionó por estar predicándome y me recosté en la pared en el callejón y presté atención. Hablamos de la palabra luego cada quien se fue a su casa, pero yo tenía el pesar de la pérdida que tuve por evitar mostrar irrespeto a la palabra de Dios. 

Estos son los antecedentes a mi llamado, el cual fue así:

Una noche en la que no podía conciliar el sueño, pero que a diferencia de otras noches de incómodo   insomnio, en esta me sentía inexplicablemente bien y sentía una paz extraordinaria, el silencio era absoluto, y en honor a la verdad, estaba disfrutando mucho ese estado en ese momento. Luego comienzo a escuchar la canción de José Luis Rodríguez (EL PUMA) ,  que dice "Cristo te ama en espíritu y verdad, búscalo, búscalo..." !Que deleite! Al principio me pareció que la canción sonaba o provenía de la casa de al lado, pero verifiqué y no era de la casa de al lado. Las casas estaban separadas con una división de madera y en parte con un material llamado cartón de piedra. El coro en la canción cuando decía: "Búscalo"... no sonaba como lo había escuchado siempre, sino que parecía un coro de mil voces femeninas. Abrí mis brazos acostado en mi cama boca arriba y me deleitaba en la canción. Medité y medité hasta que llegó a mi mente hacer esta pregunta a Dios: ¿Dios, tú quieres que yo sea de los tuyos? Y cuando dije: Dios, si tú quieres que yo sea de los tuyos, yo te acepto. No terminé de decir la palabra acepto cuando cayó sobre mí algo que nunca había visto en nadie. Yo había visto iglesias evangélicas por fuera. Mi conocimiento sobre las manifestaciones espirituales, era absolutamente nulo, cero. Comencé a sentir una corriente, no eléctrica, sino un fluir de emociones que corría por todo mi cuerpo,pero especialmente en el tórax. La experiencia al principio era como un gozo extremo, pero al pasar unos minutos sentí literalmente mi corazón como en fuego ardiendo, y sentí miedo, y dije: !Dios, déjame por favor! Pensé que iba a morir. El fluir disminuyó gradualmente hasta que se extinguió. Y pensé en ese momento, mañana por la mañana le digo a mi madre que seré de los de Dios. Así mismo dije, pues los términos convertirse, aceptar al Señor etc., propios del mundo evangélico, si los había oído no los recordaba. 

Al amanecer, antes de cepillarme mis dientes le dije a mi madre: seré de los de Dios. Ella me miró y unos segundos después me dijo: Eso esta bien. Luego le conté lo que me había pasado la noche anterior. 

En la primera persona que luego pensé, fue en Eridania, mi profesora de sexto grado. Me parece que no la mencioné en mis antecedentes a mi conversión. Mi profesora de 6to grado me predicaba también y aunque ya habían pasado unos cuantos años, porque me convertí en 1990, fue en ella en quien pensé para contarle mi experiencia. Ella comprendió que el Señor me había llamado, y me hizo repetir la oración para aceptar al Señor como mi único y suficiente salvador. Comencé a congregarme en la misma iglesia que ella se congregaba: Asamblea de Dios Central./ Avenida Duarte/ Santo Domingo. D.N. Rep. Dom. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario