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miércoles, 21 de marzo de 2012

INYECCIONES DE VENENO

Santo Domingo, República Dominicana. 21/mar/2012

Una persona te puede dar una mirada agresiva motu proprio (humanamente), pero también puede ser por influencia diabólica (guianza directa de satanás). En cualquiera de estos casos, esta persona es una herramiena del diablo. De hecho, aún un cristiano cuando no vela sus obras es usado por satanás, como fue el caso cuando Cristo le dijo a Pedro: <<Apártate de mí satanás>>. El ser humano por naturaleza cuando no recoge con Cristo, desparrama y no lo puede evitar. En la mayoría de los casos el cristiano es envenenado porque el ataque es sutil. Pues si fuera obvio que la intención es envenenarlo no se dejaría envenenar. Pero un simple gesto de desprecio puede estar cargado con todo el veneno del infierno. La palabra nos manda a que apaguemos con el escudo de la fe los dardos de fuego del enemigo (Efesios 6:16) pero cuando estamos ya dardeados hay que reprender al diablo en el nombre de Jesús. Cuando el envenenamiento es humano, la intelectualización como mecanismo psicológico de defensa resulta efectiva, pero no resulta efectiva si el envenenamiento ha sido infernal.

Se considera a un cristiano dardeado o envenenado cuando está sintiendo: ira, o celos, o envidia, o lujuria, etc., como consecuencia de un estímulo interno o externo. En el caso del estímulo interno se trata de la propia concupiscencia del individuo.

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