EL CONCEPTO VIDA ETERNA

Santo Domingo, República Dominicana. 2/mayo/2012

Pareciera que Cristo es quien introduce este concepto, pues es en los evangelios, es decir, en el nuevo testamento donde más se le emplea, sin embargo, este concepto ya había sido expuesto por Dios, por medio de los profetas. Por ejemplo, Isaías 25:8

...Destruirá la muerte para siempre: enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

Antes de Cristo la humanidad sólo tenía la experiencia de la muerte. Pero después de Cristo quedó evidenciado que la muerte no es el final de todo para el hombre. No lo es para el creyente ni para el no creyente.

Siempre he dicho que el milagro por excelencia del Señor fue la resurrección de Lázaro, sólo con su orden: ¡Ven fuera, levántate y vive! Creo así porque Cristo, sabiendo que había muerto, esperó hasta el cuarto día cuando ya estaba en estado de putrefacción, hedía. Para luego, Él hacerlo volver a la vida, demostrando que Él es la vida.

Hay muchas religiones, pero la única que históricamente y en la actualidad tiene poder, es la del PADRE, HIJO, Y ESPÍRITU SANTO. Ningún dios ha hecho cosa semejante, ni la hará, excepto el falso profeta, quien resucitará a la bestia, ya que será asesinado y resucitado por el falso profeta.

La resurrección de Lázaro es un hecho histórico, no es un cuento ni un mito religioso, es pura verdad innegable, hecha delante de todo un pueblo y conocida por todo el mundo de aquellos tiempos.

No hay otro dios. Donde se invoca el nombre de Jesús, no se manifiesta ente alguno. Dios humilló a baal y sus profetas por medio de Elías.

¡Humanidad, entiende! No hay otro Dios, no hay otros poderes; los demonios quienes son ángeles caídos, hacen demostraciones de poder; pero no pueden hacer nada con la sola presencia de uno de los pequeñitos de Jesús quienes portan el Espíritu Santo. Y donde está el Espíritu Santo, no hay demonio que suba, no hay ser que se manifieste sin consecuencia por manifestarse.

La base de nuestra fe es sólida y digna de emular. Estas palabras están vivas; esto es un misterio grandísimo. Una película te toca y te conmueve, y luego pasan sus efectos, pero esta palabra hace un trabajo sobrenatural y penetra hasta los tuétanos de los huesos. 

¡Cristo vive! ¡Aleluya!