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viernes, 15 de junio de 2012

LA GUERRA CONTRA LA CARNE

Santo Domingo, República Dominicana. 15-Junio-2012

Es imprescindible, imprescindible, e imprescindible que el creyente en Cristo aprenda, internalice, memorice, y nunca olvide que su primer enemigo es su carne. Es la carne la que se antoja de la desobediencia y de la rebelión y si eres un apoyador de tu carne, un indulgente de esta, si le tienes pena y lástima, no agradarás a Dios porque los deseos de la carne son de continuo en oposición a la voluntad de Dios.

¿Cuál es la línea que nos indica que estamos destruyendo el templo de Dios nuestro cuerpo o estamos quebrantando la carne nuestra enemiga? No es difícil delimitar que es cuidar el templo del Espíritu Santo, y  que es quebrantar la carne. 

Todo acto que te produzca enfermedad es destrucción del templo de Dios, todo auto-flagelo con látigos o cualquier tipo de arma. La destrucción el templo enferma el cuerpo o le quita la vida, el quebrantamiento de la carne por el contrario en vez de atacar la carne física del individuo, ataca la voluntad, los deseos. De manera que cuando la palabra habla de no satisfacer los deseos de la carne, te está dando la llave para poder tener voluntad, fuerza de voluntad, cuando el deseo contrario a Dios nace.

A todo cristiano de un día de convertido hasta aquel que tiene 100 años en el evangelio tiene que lidiar siempre con ese toro salvaje. La carne es un toro salvaje. Y hay una relación inversamente proporcional entre la fuerza de la carne y la fuerza de voluntad o a lo que también podemos llamarle espíritu.

Cuano tu espíritu está fortalecido, es decir, cuando los deseos de la carne son con extrema facilidad vencidos es porque tu carne ha sido batida y quebrantada; el ego ha sido quebrantado y es practicamente nulo. Cuando tu espíritu está débil, es decir, cuando este sucumbe con extrema faciliadad a todas las exigencias que hace la carne, es porque la has consentido más de lo debido y su fuerza es mil veces más que la de el búfalo.

La carne es traicionera porque lo único que quiere es que ofendamos a Dios, y cuando se revela hasta fiebre produce al cuerpo cuando no se le complace. El creyente debe lograr verse en tres dimensiones, tres partes diferentes del ser, pero que confunden al ser, haciéndolo creer que estas tres partes son una sola cosa. Esto es así porque al complacer a la carne, tu espíritu y tu alma también sienten el placer de la carne. Por esta razón el ser cree que es un solo elemento quien disfruta.

Cuando tu cuerpo hace lo que él quiere y tu voluntad no puede con él, es porque tu carne domina las otras dos partes. Cuando tu espíritu dominia, entoces tu alma, en otras palabras, tú, tu mente, el que razona, tiene fuerza de voluntad para someter a la carne, y tu cuerpo no se gobierna. Pero para lograr esto la persona tiene que tener conciencia que al quebrantar a la carne no le está haciendo daño ni a su alma, ni a su espíritu, que son las partes que el creyente debe fortalecer.

Esto podría ser lo más importante que diré sobre este tema. El factor satanás. Si una persona quebranta su carne de manera que ha extinguido por completo al ego, si el Espíritu Santo no está en esa persona, satanás hace lo que él quiera con esa persona. No importa que utilice el 100 por ciento de la capacidad de su cerebro, satanás es espíritu y con más poder que todos los hombres juntos sin el Espíritu Santo. 

El creyente vence a satanás, pero no es el creyente, sino el Espíritu de Dios en el creyente quien lo vence. 

Si usted me fuera a pagar por esta información, tendría que darme la tierra con todo lo que hay en ella, la vía láctea y algo más y quedaría debiéndome más del 99.99 de la deuda. Esta información no tiene precio.

2 comentarios:

  1. Tienes razon que esta informacion no tiene precio... pero no entiendo una cosa: si vencemos al completo nuestro ego, no habremos vencido a satanas?

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  2. RESPUESTA AL COMENTARIO ANÓNIMO:
    Creo que interpreto bien el comentario anómino cuando pienso que NO, NO, NO crees en la existencia de satanás y los demonios. Pero se me ocurre que pudiereas retar oralmente a satanás, porque en el mundo espiritual lo pronunciado tiene efectos.

    Tentar a satanás no es pecado, tentar a Dios es pecado, por lo tanto no te esoy invitando a pecar, pero tengo la obligación de decirte que te estoy tendiendo lazo. Así que si lo haces, cuando te veas en apuros, échale un grito de clamar a Jesús para que haya ganancia en todo este asunto.

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