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martes, 7 de agosto de 2012

LOS RASGOS DISTINTIVOS DEL GRUPO QUE DIRIGIRÉ

Santo Dominingo, República Dominicana. 07-Agosto-2012


Cuando me convertí en 1990, los  evangélicos de ese tiempo, todos, o más del 95%  compartían la siguiente característica:
“El porte de la Biblia en la mano todo el tiempo.”
Hoy en día hay muchos que han heredado esta costumbre, otros la conservan desde entonces; pero ya no es un rasgo distintivo dentro del grupo de los evangélicos como ya no lo es el no usar pantalones las mujeres, ni el desrizarse el pelo, porque un rasgo distintivo lo establece la mayoría, y la mayoría ya no porta estos rasgos.

¡Entiéndase bien! No estoy haciendo ningún juicio de valor, sino que estoy enumerando las características del grupo en un tiempo determinado; las costumbres que te hacían decir:
“Ese es, o esa es una evangélica pentecostal.”
Reitero, no estoy planteando que tales costumbres eran buenas o eran malas. Esa es otra discusión aparte.
De hecho, todos los grupos tienen rasgos que los distinguen. Hay grupos que no cambian jamás sus rasgos y los catalogan de ortodoxos, esto es así cuando de estos grupos se desprenden otros grupos que desarrollan otras características, mientras que ellos conservan intactas sus características esenciales.

Hay también grupos que han cambiado o “evolucionado” de tal manera que de sus costumbres originales no queda nada; es decir: que no cuentan con ni siquiera una fracción de grupo, a la que se le podría llamar fracción ortodoxa de tal grupo.

Los grupos mantienen sus características o las cambian, dependiendo de un solo factor, y este es llamado el factor de influencia dominante.

En un grupo puede existir solamente el factor de influencia dominante, pero también puede existir el factor de influencia no dominante o débil.

No obstante, no importa cuanta influencia haya en el grupo porque el grupo siempre  tendrá la forma que le de la influencia dominante. No importa la opinión del grupo, sea que esté de acuerdo o no, la mayoría hará lo que establezca el factor influencia dominante.

¿Qué se desprende de lo que hasta ahora he dicho? Lo que se infiere de lo que hasta ahora he dicho es que el factor influencia dominante es el que determina si el grupo conserva sus características o las cambia, o las modifica.

Por lo tanto, si ha habido cambio en el grupo evangélico pentecostal, es porque el factor influencia dominante lo ha generado. Ni el azar, ni la fortuna, ni la chepa, (chepa: palabra exclusiva del dominicano que significa: casualidad, fortuna, azar, etc.) ninguna de estas cosas tienen algo que ver con el cambio o no, sino la voluntad de los influyentes dominantes.

Si soy el fundador de un grupo, obviamente que soy el factor de influencia dominante en ese grupo, siempre y cuando los integrantes que reclute sean principiantes, porque aprenderán de mí lo que yo les enseñe, y las costumbres que yo les transfiera serán las costumbres dominantes.

Hace años he manifestado mi intención de formar mi propio grupo, pero a las personas que les ha parecido bien y que expresaban disposición de seguirme, luego han retrocedido porque han mal interpretado mi motivación. Ellos han pensado que la razón de mi independencia es porque me considero competente para pastorear y como los concilios no me han ofrecido tal cargo, ellos entienden que es correcto que yo me separe y levante una iglesia. De manera que ellos creen que yo vengo con las mismas costumbres del estereotipo, y al dialogar conmigo se dan cuenta que no, y retroceden.

La razón de mi separación es ideológica.

Un rasgo distintivo que intencionalmente transferiré al grupo será el uso prudente de la palabra. Así como en los noventas se sabía que una persona era evangélica sin que lo manifestara, del mismo modo se inferirá que es de mi grupo aquella que hace uso prudente de la palabra.

Claro, y a quienes sin ser de mi grupo, y tengan esta característica le preguntarán: ¿Eres tu de tal grupo? Y ellos dirán: No. Entonces le dirán: Te pareces a los de tal grupo. Así como a muchas personas que sin ser cristianas le han preguntado: ¿Tú eres evangélic@? Y la persona ha respondido: No.

Por lo tanto, viendo lo que aún no se ve materialmente, será costumbre esencial de mi grupo el uso prudente de la palabra. El mundo nos llamará anti-sociales por no celebrarle sus chistes porno, y por el silencio evidente nuestro al no participar en sus vanas conversaciones: y luego al estar nosotros reunidos se quejarán de nosotros al decir:

¡Esa gente si habla de religión, de Dios! ¿Es que no se cansan?

Así que no seremos anti-sociales, sino que seremos muy sociables, pero sólo en círculos espirituales, sanos. Seguiremos en el mundo, trabajando en el mundo, estudiando en el mundo, etc., pero no participando de sus intereses pecaminosos, ni de vanidad. Y si para no ser considerados anti-sociales se nos exige que participemos de sus vanidades, entonces seremos llamados anti-sociales.
“…que se conviertan ellos a ti, no tú a ellos.” (Jeremías 15:19)
POST DATA:
Costumbre y doctrina no son una misma cosa.

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