Santo Domingo, República Dominicana. 27-Agosto-2012
¿Será posible que algunos mensajes de las Sagradas Escrituras no se correspondan con la realidad de hoy? Aunque parezca una herejía, la verdad es que sí es posible. Por ejemplo, Salomón en Proverbios 10: 4 y 5 nos dice que el negligente empobrece, pero la realidad hoy es que la pobreza de un hombre tiene más que ver con su ideología que con su trabajo. Más de un inepto me restriega su superación económica y me ve por sobre su hombro con desprecio. Para conservar o conseguir empleo es mil veces más importante tu ideología que tu eficiencia y diligencia.
MALA SUERTE & CONSPIRACIÓN
Aunque pudiera extenderme muy ampliamente aquí, porque esto lo vivo en carne propia, me esforzaré en ser lo más breve que sea posible.
Si en la empresa que te acaban de emplear se produce un incendio resultando en la desaparición de la misma, eso es mala suerte; pero la conspiración contra el creyente tiene su fuente, y esta es satanás. El diablo conspira contra los hijos de luz y al no poder atacar directamente por el cerco divino, usa lo que es suyo para atacar al hombre de fe, la economía. Digo lo que es suyo, no porque por derecho le corresponda, sino porque la mayoría de los hombres que según la ley de los hombres son dueños de la economía, son propiedad del diablo. Tal es esta tendencia que la última prueba para el creyente será o dejarse marcar con el sello de la bestia, o no tener acceso a la economía en absoluto.
El incauto me dice que tengo delirios de persecución, y se me insinúa megalomanía; pero Jesús me dice:
¡Se fiel hasta la muerte, para que ninguno tome tu corona!
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